Domingo cinéfilo y familiar

 

Cada fin de semana se programan en la Cineteca Nacional para el público infantil


Por una u otra razón, aunque siempre había alguna película atractiva, jamás había llevado a mi hijo a las funciones que cada fin de semana se programan en la Cineteca Nacional para el público infantil.

Esto no es nada nuevo, de hecho, tiene años existiendo como una gran alternativa para llevar a los más pequeños de la familia a conocer otras opciones en pantalla gigante, mucho más allá de lo que ofrece la cartelera comercial que suelen ser sólo producciones de los grandes estudios como Disney, Pixar, Universal, Fox o Warner.

Al llegar allí, corriendo para alcanzar a entrar a la función de la cinta francesa de animación Bailarina, vi a otros niños que, como el mío, iban despabilados y presurosos para entrar a la sala.

Llegamos sin golosinas pero no nos hicieron falta. La cinta, estupenda, y además en las nuevas salas de la Cineteca Nacional, la experiencia es realmente buena. Al salir, nos dirigimos hacia el espacio verde destinado al foro al aire libre, donde se exhiben diariamente películas de forma gratuita al caer la noche.

Pero el sol era brillante y apenas iban a ser las 2 de la tarde. Así que ese espacio estaba transformado en un prado lleno de niños que jugaban. Por supuesto, el mío no tardó en unirse.

En los años 90, la Cineteca Nacional fue prácticamente mi segunda casa. Pasé más tiempo aquí que en las aulas de la universidad. Hice casi todas mis tareas en una vieja biblioteca cuyo espacio hoy es ocupado por tiendas y cafés un poco hipsters (hay que reconocerlo).

Pero en aquellos años, este era un espacio un tanto abandonado y casi reservado para cierta élite intelectualoide que se jactaba de entender un cine que no cualquiera apreciaba.

Es por eso, justo por haber vivido aquí esos tiempos, que hoy estoy convencida de que la remodelación arquitectónica que hizo Michel Rojkind es uno de los éxitos probados de recuperación de espacio público, algo tan necesario en esta ciudad.

En 2017 todos pueden venir a pasar un domingo en sus jardines. El foro al aire libre es gratuito y el resto de la oferta fílmica es de precio accesible. Las filas que antes sólo se veían en festivales, muestras internacionales o ciclos especiales, hoy son cotidianas. La gente de esta ciudad se ha apropiado del espacio. Eso es algo que yo hoy, como madre y como ciudadana, agradezco en verdad.