Duelo en O.K. Corral

 

No puede ser que Veracruz se caracterice por ser una entidad en la que ha triunfado la revancha


Muchas veces la vida se parece a las películas. Y es que, gran parte de las películas están inspiradas en la vida, aunque por mucho que la imiten siempre se quedan cortas con la realidad.

Nadie se imaginó que con el paso del tiempo en un estado como Veracruz llegaríamos a presenciar un duelo al sol, como el largometraje estadounidense del Viejo Oeste.

Miguel Ángel Yunes es un hombre controvertido y controvertible, cuenta con factores tanto a favor como en contra.

Y hay aspectos que le caracterizan como un profesional del poder, ha sabido serlo a pesar de las inclemencias. Uno de sus objetivos ahora consiste en acabar con su enemigo, pero como pasa en las grandes obras literarias de nuestro tiempo cuando uno acaba con su enemigo acaba consigo mismo.

En Veracruz no existen los Montesco y los Capuleto, pero sí están los Herrera y los Yunes, y en medio de ellos está Javier Duarte.

Y es que, el gobernador Duarte sabe que el ejercicio de la justicia o el espíritu de la justicia puede ser la mejor amnistía para sí mismo.

El problema es que el cálculo de Yunes para ser gobernador por ocho años, dos en el primer periodo y seis en el siguiente, puede verse precipitado por un exceso de éxito.

En ese sentido, los peñistas como los foxistas deberían haber aprendido la lección como la aprendieron los salinistas, de que en política mata más el exceso de éxito que llegar por los pelos. En este momento México no puede ser construido sobre el rencor y el odio.

México no puede ser regenerado sobre la base de esas intenciones que aseguran que yo puedo más o te haré más daño a ti, que el que tú me puedes hacer a mí. Y México necesita que las leyes se cumplan, pero sobre todo que no haya falsedad en el origen de su aplicación.

Veracruz es un estado fantástico, nunca olvidaré cuando mi amigo Carlos Fuentes –que en paz descanse– me decía una y otra vez que él nació en Panamá, pero que si en la vida hubiera podido elegir dónde nacer, él hubiera decidido nacer en Veracruz.

Pero lo que tampoco olvidaré es que los ojos de Hernán Cortés –quien sólo cometió un error: seguir siendo español después de descubrir el paraíso mexicano– vieron el amanecer y el atardecer por primera vez en Veracruz.

Veracruz es un estado muy importante en México y en ese sentido no puede ser que ahora se caracterice por ser una entidad en la que ha triunfado la revancha, el odio y la injusticia.

@antonio_navalon