El bono sexenal…

 

No comprendo por qué el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, sale un día sí y el siguiente también, para anunciar a los medios, para aclarar y para rectiFIcar decisiones y opiniones de sus colaboradores o, lo peor, de los llamados poderes de la Unión, especialmente el Congreso, cancelando su independencia. En lo que lleva […]


No comprendo por qué el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, sale un día sí y el siguiente también, para anunciar a los medios, para aclarar y para rectiFIcar decisiones y opiniones de sus colaboradores o, lo peor, de los llamados poderes de la Unión, especialmente el Congreso, cancelando su independencia.

En lo que lleva de gobierno efectivo por la huida temerosa de Enrique Peña Nieto, el futuro mandatario se contradice y se opone a sí mismo y ante las evidencias que le son presentadas, las rechaza y las atribuye a sus enemigos. Antes, la mafia del poder; hoy, no ha definido quiénes son.

Le informan sobre las protestas de los indígenas por dónde hará su trenecito hasta La Chingada, su rancho en Palenque; como respuesta señala que no le importa lo que haga o diga la gente. Evade que no cuenta con la documentación de impacto ecológico, ni de construcción de las vías nuevas.

Anuncia que los que delincan hasta el día previo a su asunción, serán perdonados. Autoriza a robar sin límite a condición de que no lo hagan después del primero de diciembre. Reitera que no es hombre de venganzas. Y claro que no tiene que serlo porque no son agravios personales, sino ofensa y traición al país y a sus ciudadanos.

Con tanto bandazo, más antes que pronto el esperanzador político que duró 18 años en campaña tras la silla presidencial, sufrirá descalabros entre sus 30 millones de seguidores. Los que hoy lanzan insultos o critican las críticas con lemas y frases manidas por repetidas, comienzan a bajar el tono de sus diatribas.

El bono sexenal que se otorga a los presidentes con su entronización, acabará antes de lo que el tabasqueño suponga. Como en pasadas administraciones el Talón de Aquiles lo representa la información (llamada oficialmente comunicación) que no puede marcar agendas madrugadoras a cargo del ocupante del Palacio Nacional.

Vale notar el tono cada vez más mesurado de los llamados Pejelovers. No hay oposición ni crítica fuerte hacia su líder, pero puede detectarse cierto titubeo al comentar los recientes anuncios. Destacadamente la centralización del poder represivo con mando militar a disposición del mandatario.

Peligrosa decisión, por donde se vea. Y no han entrado a analizar a los súperdelegados que impondrán a gobernadores que pasarán a un segundo plano. Estas dos medidas significan la entrega del país, su control y su futuro a un solo personaje. Dictadura, es la definición sin juegos retóricos…