El comandante en jefe

 

Las Fuerzas Armadas necesitan tener seguridad jurídica


La verdad me sorprende la serie de reacciones que ha provocado la Ley de Seguridad Interior. Pero más me sorprende que ya llevemos 11 años en los que el Ejército y la Marina anden por las calles sacando los hierros del fuego y resolviéndole los problemas a sus comandantes en jefe. Y que además en ese momento las organizaciones de derechos humanos no denunciaran el fracaso que representaba para la política interior el hecho de pedirle a las Fuerzas Armadas cumplir con funciones de policías en cada uno de los puntos del territorio nacional.

En ese sentido, Felipe Calderón tiene una indudable responsabilidad histórica que será juzgada cuando pase el tiempo. Y es que, cuando decidió sacar al Ejército de sus cuarteles y convertirlo en la pieza maestra de una política de seguridad, terminamos con unas cifras de violencia tan graves que parecerían imposibles de ser superadas hasta por los más sanguinarios.

Después con la llegada del siguiente comandante en jefe, Enrique Peña Nieto, y con esa política que se ha continuado, quedó de manifiesto no sólo que todo puede empeorar, sino que después de tanto sacrificio, de tanta vulneración de las leyes y de tanta incongruencia al utilizar el último recurso como el primero en la lucha contra el narcotráfico, es decir, las fuerzas armadas; llegaríamos a la campaña con unas cifras envueltas en sangre que jamás pensamos alcanzar.

Las Fuerzas Armadas necesitan tener seguridad jurídica para el papel que han desempeñado, lo cual no tiene porque ser sinónimo de impunidad.

Pero con lo que no estoy de acuerdo es que frente a una crisis de seguridad pública se haya utilizado al Ejército y a la Marina para resolver los problemas de los civiles que se han agandallado durante 11 años, y que ahora a poco tiempo del cambio de sexenio, por fin hacen una ley que no pone por la vía del derecho lo que se ha ejecutado por la vía del hecho en lo que significa la protección de los derechos humanos.

El país se puede permitir muchos lujos, pero no el de destruir la confianza o la fe del pueblo en sus Fuerzas Armadas.

No creo que México esté en vías de ser militarizado, lo que pasa es que ahora estamos lidiando con el resultado de todo lo que hicieron los comandantes en jefe con las tropas nacionales.

Pero lo que sí creo es que cualquier militar de los que no torturan y los que no abusan de la población civil, tienen derecho a un marco legal que les proteja de los excesos que se puedan cometer.

Mientras tanto a caballo de una campaña electoral, 11 años después con más de 100 mil muertos, 30 mil desaparecidos y la impunidad del poder civil, me parece poco justo centrar la exigencia y responsabilidad sólo en los hombres que portan uniforme.

@antonio_navalon