“El Documento Nican Mopohua”

 

Las apariciones de la Virgen santa María de Guadalupe, ocurridas en México entre el 8 y el 12 de diciembre de 1531, quedaron consignadas en el documento de nombre Nican Mopohua, que en náhuatl significa “Aquí se narra”. Este documento fue escrito entre 1540 y 1545 en náhuatl refinado por el indio noble Antonio Valeriano […]


Las apariciones de la Virgen santa María de Guadalupe, ocurridas en México entre el 8 y el 12 de diciembre de 1531, quedaron consignadas en el documento de nombre Nican Mopohua, que en náhuatl significa “Aquí se narra”.

Este documento fue escrito entre 1540 y 1545 en náhuatl refinado por el indio noble Antonio Valeriano (1520-1605), con 11 años al momento de las apariciones y 25 a la muerte del san Juan Diego. Valeriano hablaba el náhuatl como su lengua natal y también castellano y latín, que aprendió en el colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco bajo la dirección de Fray Bernardino de Sahagún.

La fuente de información del documento es el mismo Juan Diego (1474-1548), a quien la tradición popular reconoce que él mismo frecuentemente relataba los hechos de viva voz, por lo que con el Nican Mopohua sucedió lo mismo que con los Evangelios: que cuando se escribieron ya eran de dominio público.

En la relación que el Nican Mopohua hace del Milagro guadalupano, se reconoce un fondo de asistencia sobrenatural, investigadores le llamaron “el Evangelio de México”, y a su autor “el Evangelista de las Apariciones”.

El original del Nican Mopohua fue escrito sobre papel de pulpa de maguey, como los antiguos códices Aztecas. El escritor usó los caracteres latinos que aprendieron los nativos en la primera etapa de su conversión al cristianismo.

A la muerte de Antonio Valeriano, en 1605, el original pasó a manos de Fernando de Alva Ixtlilxochitl, quien lo heredó su hijo Juan de Alva, quien a su vez lo dió en su testamento al sacerdote Jesuíta Carlos de Siguenza y Góngora (1645-1700), quien al morir lo dejó al Colegio de San Pedro, de donde pasó a la Biblioteca de la Real Universidad de México. Durante la invasión norteamericana de 1847, los documentos de la Biblioteca se llevaron a Estados Unidos y se diseminaron en oficinas gubernamentales, bibliotecas universitarias y en el Departamento de Estado de Washington, donde probablemente se encuentra el original.

El Museo de Antropología e Historia de México adquirió de EU un micro-film de varios códices en náhuatl, pero le fue segregado un documento que inicia con las palabras “Nican Mopohua” bajo pretexto de que por su fragilidad no se pudo copiar.

En 1894, el papa León XIII envió a los obispos de México la siguiente exhortación: “Con todo el amor de Nuestro corazón, exhortamos por nuestro medio a la Nación mexicana a que mire siempre y conserve esa veneración y amor a la santísima Madre como gloria más insigne y fuente de los bienes más apreciables, y tengan por verdad del todo firme y comprobada, que la Fe Católica, que es el tesoro más preciado, durará entre ustedes en toda su integridad y firmeza mientras se mantenga esa piedad, digna en todo lo de sus antepasados”