El fantasma de la consulta…

 

A días, prácticamente a horas, de la asunción de nuestro nuevo Tlatoani, el Sumo Sacerdote que vendrá a paliar nuestras angustias nuestras penas y nuestros dolores, recibimos un aviso más de nuestro futuro. Curioso, casi nadie hizo caso a la propuesta de modificación al artículo 35 para institucionalizar las encuestas y darles carácter legal, obligatorio […]


A días, prácticamente a horas, de la asunción de nuestro nuevo Tlatoani, el Sumo Sacerdote que vendrá a paliar nuestras angustias nuestras penas y nuestros dolores, recibimos un aviso más de nuestro futuro.

Curioso, casi nadie hizo caso a la propuesta de modificación al artículo 35 para institucionalizar las encuestas y darles carácter legal, obligatorio en su cumplimiento.

Para muchos, al menos la mayoría de ocupantes de espacios en internet, significa la más acabada demostración de lo que es una verdadera democracia, el mando del pueblo.

Para quienes no están de acuerdo representa un método de evasión de responsabilidades: el mandatario consulta, su feligresía vota de acuerdo con determinadas previsiones y, una vez evaluados los resultados, si se acertó sin duda el pueblo es sabio, si se erró fue decisión popular.

El 21 de marzo en disimulado homenaje juarista y con Andrés Manuel presidente, se realizará la consulta para someter a los expresidentes a juicios penales. Olvidemos que la Constitución limita tales tribunales al delito de traiciones a la patria.

Habrá la condena unánime y como resultado será Fuenteovejuna la responsable y Pilatos con su lavado de manos, el promotor. Sólo participará como imparcial observador.

En la modificación constitucional se incluye muy destacadamente la revocación de mandato, inicialmente a la mitad de periodo de gobierno, hoy puede someterse al juicio público desde el primer año lo que nos llevará a elevar al infinito el gasto por la democracia (la que estamos inventando) y a certificar periódicamente la bondad de nuestro gobernante.

En la letra chiquita de la propuesta, algo que nadie quiso ver, o no se atrevieron a destapar: la consulta puede sustituir al acto comicial si los participantes en mayoría están de acuerdo con la extensión del mando presidencial.

Aparentemente nadie toma en serio el riesgo de en un momento dado decidir la permanencia de López Obrador en forma indefinida. Ad perpetuam, sin visos de retorno a la ruta institucional. Y sí, también vía consulta popular, el nombre del sucesor.

No es un asunto menor. Puede ser el detonante de algo que se siente aunque apenas se puedan apreciar algunos brotes. La inconformidad que se transforma en violencia cuando no se pueden encontrar medios lícitos para expresarla.

La división entre los mexicanos es caldo de cultivo. Sin que eso inquiete a quien sabe que está repleto de razón. Su palabra es la palabra del Señor.

Mexicanos, vayamos en paz…