El fin de los sistemas

 

El imperio del norte mantuvo por muchos años un pacto en el que las grandes instituciones del Estado eran neutrales


Hasta este momento lo hemos visto todo y a pesar de que creímos que a estas alturas era muy difícil sorprendernos, la vida nos colocó enfrente de un panorama para el que no hay precedentes.

Ahora Estados Unidos empieza a proyectar una sombra de duda sobre el presidente electo Donald Trump, ante la presunta intervención de los rusos en el proceso electoral que lo encaminó hacia la victoria. Situación que los posiciona en una crisis superior a la que vivieron durante la Guerra Civil Estadounidense en el mandato de Abraham Lincoln.

Y es que, el imperio del norte mantuvo por muchos años un pacto en el que las grandes instituciones del Estado eran neutrales y emitían un mensaje de pureza democrática a la hora de las elecciones.

Sin embargo, en este año no sólo la sorpresa de la victoria de Trump y la crisis de la clase política manchan el mapa, sino que además Obama denuncia la intervención de un tercer país –Rusia– que ha podido adulterar, prostituir y restarle legitimidad a la victoria del presidente electo que lo sucederá.

 ¿Eso quiere decir que en función de la penetración de los hackers rusos esta elección será inválida? ¿Acaso la juramentación de Donald Trump está en la cuerda floja? ¿O qué significa todo esto que está sucediendo y cómo se va a remediar?

Aunque en cualquiera que sea el caso la sombra de la sospecha ya lo inunda todo.

Ya que por una parte parecería que la clase política –tan destruida por el triunfo de Trump– reacciona tarde y mal, donde además utiliza un argumento que tendrá que comprobar para deslegitimar la victoria del especulador neoyorquino. Y por otra, si de verdad los rusos consiguieron viciar el proceso electoral, ¿qué es lo que queda por hacer a partir de aquí?

 Hay una serie de medidas internacionales que EU tendrá que producir contra el gobierno agresor ruso, pero también hay medidas internas que son necesarias y que ahora están polarizadas por esta sombra de sospecha generalizada.

 ¿Hasta dónde llegó la intervención? ¿Se puede generar una impugnación? Y de no ser así, ¿qué se debe hacer al minuto siguiente de que Trump se instale en la Casa Blanca? ¿Se impondrán sanciones contra Rusia o se explicará que así como se quedó con Crimea, también puede hackear una elección y poner a un candidato ad hoc en la presidencia de EU?

Estamos presenciando un juego letal a través de lo que pasa en Estados Unidos. Y mientras tanto tendremos que acostumbrarnos a vivir en el asombro permanente y en la sospecha de que esto se fue definitivamente de las manos para el mundo entero.