En un descuido alguien podría recordar al titular de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú por su enorme fortuna, propiedad de su esposa, descendiente de un ex secretario de esa misma rama; o por sus amenazas contra el dueño de un predio que no le permitió invadirlo.
Sabedor de lo que es el poder, el hoy funcionario le advirtió a la jovencita abogada que le recordaba que no era legal invadir sin permiso: muy bien, nos veremos el 2 de diciembre (mención a que el día anterior ya serían gobierno).
Hoy tenemos a Jiménez Espriú, que ejerce como el Tío Lolo que se hace tonto solo, dialogante con el CNTE en Michoacán. Pide diálogo mientras el patrón, Andrés Manuel, intenta apagar el fuego con gasolina económica y el gobernador Silvano Aureoles Conejo, cansado de largo periplo europeo le lanza el problema a la Federación.
Complicado el asunto, porque Aureoles se fue en plena bronca a una feria turística en España. Cuando terminó, el noble descendientes de los roedores cuyo nombre lleva, se hizo el occiso y pidió que retiraran a los delincuentes que han estrangulado los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas.
Siendo os de los más importantes del país, el perjuicio ha sido contra la nación. No es exagerado: 300 convoyes parados; 800 mil contenedores con dos millones de toneladas de productos que serán desechados; diez millones de litros de combustibles estacionados y pérdidas por mil millones de pesos al día.
El Conejo moreliano, antes de volver, hizo una visita familiar a Bruselas o ciudad parecida. Para su retorno, pidió inundar las redes con mensajes de “Yo apoyo a Silvano”; se colgaran mantas con ese texto y gente a la calle a aplaudirlo. Dicen que las mentadas de los concurrentes a la convocatoria se escuchaban hasta Los Pinos, pero ya nadie mora allí.
Sordito al clamor ciudadano, y leal a sus respaldos políticos, López Obrador decidió enviar 200 millones a los paristas (que si hacen un censo verán que no son todos maestros, sino vividores de huelgas y protestas) y anunció para los siguientes días otro refuerzo económico de 800 millones de pesos.
Es más de lo que pretendían los mentores, que ante su éxito decidieron elevar las pretensiones hasta cinco mil millones de pesos.
Aviso: los pillos de Oaxaca alistan un segundo asalto. Iniciaron paros laborales, elaboran un pliego petitorio, pero no saben cuánto exigir.
