El México real…

 

Hay un México cercano a la mitad de la población del antiguo Cuerno de la Abundancia


sí, porque existen varios México, el de las percepciones de los funcionarios hacendarios: una nación en franco progreso, en avance “primermundista” y cerca de las Grandes Ligas de la economía mundial.

Existe otro México, el del narcotráfico con levantones, ejecuciones, secuestros, y los asesinatos, las desapariciones a cargo de los responsables de garantizar seguridad, paz y tranquilidad a los ciudadanos; policías o elementos castrenses.

Hay un México cercano a la mitad de la población del antiguo Cuerno de la Abundancia: el del hambre, el desempleo, la marginación; de hecho, la desesperanza y un futuro de pobreza.

Existe el que sufrimos los moradores de la capital: el engaño como forma de gobierno, la indefensión ante los despojos a cargo de la autoridad y el de la apropiación, por vándalos enquistados en la administración pública, sin medio legal para impedirlo.

Anuncian que las grúas no levantarán infracciones. Y se los creemos porque necesitamos creer algo. Las grúas no levantarán autos porque los propietarios tendrán que presentarlos en los corralones, para lo que meterán a un policía en cada auto infraccionado: estacionarse en sitio prohibido costará hasta 30 unidades de cuenta (2,235 pesos) y resta de seis puntos en la licencia.

Sobre la calle Carlos Echánove, que en línea recta lleva a un túnel por debajo de la carretera vieja a Toluca y conecta con Santa Fe, se abrió un túnel de tres calles que va al otro “deprimido”.

Es una obra “idiota” que requirió tres años y no resolvió nada, la circulación es la misma sólo que por debajo de la tierra. Y para impedir que alguien evada el nuevo túnel, colocaron macetones y jardineras imposibilitando cruzar la calle y llegar, en dos calles, a la carretera.

Se presentaron funcionarios del Ayuntamiento con gesto altivo, clausuraron las obras de la torre de 29 pisos que aplastará la hermosa biblioteca de José López Portillo. Eso pasa dentro del fraccionamiento ultraexclusivo Toscana.

Sin problema levantaron muchos metros la barda perimetral para que nadie vea lo que sucede. Pocos días después regresaron los dignos burócratas y, con gesto humilde, procedieron a quitar los sellos que, por cierto, tapaban la entrada a la residencia.

A la vuelta, sobre el viejo camino a Huixquilucan, se erigen dos conjuntos de monstruosos edificios tipo Tlatelolco, pero son de “lujísimo”. Enfrente de allí hicieron otro túnel, pero sólo para que los vecinos crucen la avenida sin pelear con quienes circulan. Otro mundo, otro México sin duda…