El país del miedo

 

EU tiene una serie de antecedentes en los que al final de sus batallas siempre ha sabido conjugar su miedo


En 1933, en medio de la Gran Depresión, Franklin Delano Roosevelt –uno de los más grandes presidentes de la historia de Estados Unidos– acuñaba en su discurso de toma de posesión, la célebre frase que aseguraba que “a lo único que hay que tener miedo, es al miedo mismo”.

Y es que, EU tiene una serie de antecedentes en los que al final de sus batallas en contra de enemigos internos y externos, siempre ha sabido conjugar su miedo.

En ese sentido, debo confesar que el domingo pasado cuando se hizo pública la masacre ocurrida en el centro nocturno “Pulse” en Orlando, Florida, sentí miedo.

Porque en un momento en el que ya parecía claro que había una candidata demócrata y que Donald Trump seguía una carrera desbocada con su campaña; el subconsciente y los demonios familiares mal enterrados del pueblo estadounidense aparecían con toda su crudeza.

Ahora el imperio del norte tiene miedo. Y más allá de cualquier descalificación o consideración en nombre del candidato Trump, es importante destacar que el fenómeno que ha generado está sirviendo para polarizar lo peor de Estados Unidos.

Y es que, siempre ha existido violencia en EU, por eso no ha sido en vano el hecho de que su Constitución permita portar armas para defender la vida y las posesiones.

El problema es que ahora en esta mezcla de enojo, ira y frustración, ya empezamos a crear personajes que se están consagrando como protagonistas de los peores momentos que hemos tenido.

En ese contexto, esté o no el Estado Islámico detrás del atentado en Orlando, lo que resulta claro es que las fotografías del asesino nos remiten a aquel personaje urbano enfermo de violencia llamado Travis Bickle, que interpretó Robert de Niro en la película Taxi Driver en 1976.

Actualmente, todos los elementos que hicieron de EU un referente internacional ya están en riesgo porque los excesos, la barbaridad y el racismo, difundidos desde la candidatura de Trump, ha desencadenado secuelas y consecuencias que son muy difíciles de medir.

Por lo tanto, ahora el mejor aliado de ese candidato republicano en su campaña es el Estado Islámico (EI), ya que los miedos del pueblo estadounidense pueden llegar a configurar el terreno propicio para que la radicalización, la irracionalidad y la agresión tomen parte en el debate político.

El temor nos invade. Y ahora en un contexto en el que el triunfo del EI consiste en que estemos llenos de miedo y en que los gobiernos pierdan la cabeza, se va conformando un escenario en el que todos los que más miedo tienen son aquellos que terminan por incrementar una espiral de violencia sinfín.