El significado de las lágrimas puede cambiar

 

La Selección Mexicana está de nuevo en los octavos de final a punto de enfrentar a Brasil, en medio de tantas dudas alimentadas por la derrota 3-0 ante Suecia


Sonia Santiago

 

Los nervios no permitían alzar la vista a la televisión en la que seguíamos la tanda de penales ante Bulgaria. No entendía los porqué o los cómo, simplemente, sentí una lágrima rodar por la mejilla, México estaba eliminado del mundial

Como esa escena, recuerdo otras más. Un gol de Alemania en los últimos minutos, Donovan que nos sentenció ante Estados Unidos, a Maxi López y el famoso “no era penal”.

Todas tuvieron el mismo desenlace, el mismo que te obligaba a levantarte al otro día a pesar de sentir el corazón destrozado.

Con el paso de las semanas y los meses, la ilusión se renueva y cuatro años después, la Selección Mexicana está de nuevo en los octavos de final a punto de enfrentar a Brasil, en medio de tantas dudas alimentadas por la derrota 3-0 ante Suecia.

Creo que dicho marcador no pudo llegar en mejor momento. Sirvió para ubicar de nuevo a los jugadores y al técnico. No se gana solo con la camiseta. De táctica, técnica, trabajo en equipo, compromiso, pero también concentración, desde el silbatazo inicial hasta que termina el tiempo agregado para que ningún detalle pase de largo.

Más o menos como le hicieron ante Alemania.

El partido perdido ante los suecos y la historia de la verdeamarela pueden hacer dudar el futuro de la selección a pesar de que la afición, igual que Javier Hernández se imagine cosas chingonas.

No quiero pecar de optimista y en las estadísticas hay cuatro enfrentamientos en mundiales. Tres derrotas para los nuestros y un empate. Sin embargo, también se han vivido buenos momentos: las dos copas Oro que se le han ganado a los brasileños (1996 y 2003) la Copa Confederaciones (el torneo más importante conseguido a nivel mayor), el Mundial Sub 17 de 2005 selección en la que por cierto, estaban Héctor Moreno, Carlos Vela y Giovani Dos Santos y aunque no acudió a la justa, en el proceso intervino “Chicharito” y lo más reciente, los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con dos goles de Oribe Peralta.

No soy porrista pero ésta es la única selección que tengo y aquellos que la conforman, deben saber que ser necesita algo más que imaginación para convertir los sueños en realidad, para dejar atrás las críticas, y para cambiar ese final en el que no queremos alzar la cara.

Que se la jueguen ante el scratch du oro y que aquellas lágrimas que derramemos sean porque no sabemos cómo reaccionar cuando se alcanza el quinto partido.