El socavón: ¿la gota que derramó el vaso?

 

Afectó la de por sí erosionada imagen del Gobierno


Es completamente explicable y justificada la indignación pública que generó la muerte de dos hombres cuando, en la mañana del jueves pasado, el automóvil en que viajaban cayó en un inmenso agujero o socavón de casi 16 metros de profundidad que se creó al hundirse un tramo del recientemente inaugurado Paso Exprés, en el kilómetro 93 de la autopista México-Cuernavaca.

Lo ocurrido en Chipitlán, el suburbio de Cuernavaca donde ocurrió el accidente, fue una noticia que desvió la atención pública de varios hechos positivos difundidos durante las últimas semanas, entre ellas el número récord de empleos creados en lo que va del gobierno de Peña, la reciente localización de campos petroleros en el Golfo de México, que podrían contener hasta tres billones de barriles de crudo.

Desafortunadamente para Peña Nieto, el PRI y quien sea su candidato presidencial, lo ocurrido vino a afectar la de por sí erosionada imagen del Gobierno Federal y de quien la preside.

Para empezar, las primeras declaraciones en torno al asunto que hizo el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, aparentemente pretendía eximir de responsabilidad alguna por lo sucedido a la dependencia a su cargo y a las empresas que construyeron el Paso Exprés. Para el funcionario, el socavón fue resultado de las fuertes lluvias que recientemente cayeron en la zona y no la mala calidad de la obra realizada por la española Aldesa y la mexicana Epccor.

Desafortunadamente para Ruiz Esparza, antes de que concluyera el jueves, se difundió la revisión de la obra que realizó la Auditoria Superior de la Federación (ASF), donde se anotan las múltiples anomalías que ocurrieron durante la construcción del Paso Exprés. Y se cuestiona que la obra originalmente presupuestada en 1,045 millones de pesos (IVA incluido) costara 2,213 millones de pesos, más del doble.

También, desde fines de junio, hubo diversas advertencias que aseguraban que la obra inaugurada el 5 de abril pasado por el presidente Enrique Peña Nieto presentaba múltiples deficiencias, entre ellas algunas que podían poner en riesgo la vida de quienes la utilizaran y de los vecinos del lugar. Lamentablemente, para quienes murieron y sus familias, éstas fueron ignoradas.

Además de las simplistas explicaciones originalmente dadas por Ruiz Esparza, el caso del Paso Exprés ha irritado a la opinión pública porque todo parece indicar que la obra fue indebidamente otorgada a las constructoras, mal supervisada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y pagada sin mayor cuestionamiento. Y todo para que unos corruptos se hicieran más ricos.

El socavón podría ser la gota que derramó el vaso de la paciencia de muchos que todavía pensaban votar por el candidato presidencial del PRI en julio de 2018.

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@ruizhealy

Eduardo J Ruiz-Healy