El viraje ideológico

 

El partido que comenzó en la izquierda ha dado un viraje de 180 grados para situarse en el extremo opuesto.


Finalmente el partido que comenzó en la izquierda ha dado un viraje de 180 grados para situarse en el extremo opuesto. Y no es que los militantes hayan dejado de lado sus aspiraciones y el contexto de la reivindicación social, simplemente es que si algo ha distinguido a los tricolores es esa férrea sujeción al hombre fuerte en turno.

El presidencialismo fuerte surgido del movimiento revolucionario de principios del siglo pasado quedó muy atrás, y ahora su destino será compartir el poder.

El viraje ideológico fue paulatino, lento, y sin que los militantes se dieran cuenta. Comenzó con la llegada del “neoliberalismo” salinista disfrazado de “liberalismo social” como lo pregonara en su momento Agustín Basave Benítez, quien fuera utilizado como el principal impulsor mediático del nuevo marco ideológico diseñado por el capital internacional. Después vendría Ernesto Zedillo, de quien los militantes tricolores decían que entregaría el poder, y se los cumplió, pero todo formaba parte de ese tránsito ideológico transexenal.

Pieza importante también fue Pedro Aspe Armella, consultor principal de la mayor parte de las empresas que participaron y que se alinearon en la generación de expectativas económicas y riqueza para mantener una oferta de trabajo a los deciles más empobrecidos del país, que a decir verdad, son los que mayormente han sufrido la disminución de la calidad de vida ante el embate salvaje del capitalismo a ultranza.

Vicente Fox y Felipe Calderón fueron esa parte del compartimiento del poder con los representantes conservadores del capital. Esos dos sexenios resultaron el momento ideal para la reconformación ideológica del partido surgido de un movimiento reivindicatorio que al tiempo se transformó en capitalista, propiciando el surgimiento de varias generaciones de nuevos ricos. Es en esta etapa donde la ideología surgida de la Revolución Mexicana pierde su vigencia.

El liberalismo social no ha sido otra cosa que el corrimiento ideológico del PRI hacia la derecha, y ahora hacia la extrema derecha como consecuencia de los acuerdos del capital en el complejo hotelero de Breton Woods en New Hampshire, Estados Unidos, en 1944. Ahora el dinero se apoderó de la presidencia de Estados Unidos por la simple y sencilla razón de que el Partido Demócrata no logró satisfacer el proyecto social que mantiene a las bases con estándares de comodidad.

Los pobres se acumularon y esta circunstancia motivó el cambio. Lo que no entendieron muchos fue que la visita de Donald Trump formó parte de esa misma estrategia, y que quien ahora tiene las mayores posibilidades de mantener el poder es el PRI por ese corrimiento hacia la derecha de los últimos años, claro está, con la comparsa de los blanquiazules del centro derecha. Esa es ahora la alianza natural para dentro de año y medio que tendremos elecciones presidenciales. Al tiempo.