Elecciones, ¿dónde?

 

Es la pregunta que se hacen los habitantes de los pueblos del norte de la entidad


Es la pregunta que se hacen los habitantes de los pueblos del norte de la entidad, donde ni siquiera la postulación de la esposa del anterior gobernador ha logrado interesar a los posibles votantes.

Martha Ericka, se llama la señora en cuestión, quien ha pintarrajeado las bardas de la capital, Puebla, pero como dice el viejísimo refrán: “fuera de México todo es Cuautitlán”. Acá lo mismo, fuera del circuito urbano de la capital no existe nada que provoque el interés social, económico o político.

Recorro poblado tras poblado, a partir de Amozoc y hacia el norte; en pleno territorio huachicolero pueden contemplarse muchos carteles, no tantos para inquietar el alma participativa ciudadana. Eso sí, modas vigentes, nadie usa su foto para motivar a los votantes.

Los reclamos publicitarios, que eso son y no postulados políticos, presentan efigies sacadas de las páginas de revistas faranduleras, damas de rasgos indígenas que en su propaganda muestran el pelo rubio tal cual vikingas.

Y señores recordando los días de gloria de tal o cual actor, posan de medio lado, miran pícaros a la cámara y sonríen cautivadoramente.

Temo que la representación social pasó a la historia. Y que los dueños políticos del país, siguiendo el estilo impuesto desde Los Pinos y replicado hasta la desvergüenza, han logrado cambiar la percepción ciudadana que no quiere promesas, tampoco realidades.

Si antes vivimos de radionovelas, luego de telenovelas, hoy nos movemos en el fondo sangriento de las heroicas vidas del narco y sus sicarios.

Realidad muy cómoda para quienes buscan un hueso que les lleve al paraíso de los salarios inhumanos, los premios y recompensas por ocasionalmente cumplir con algo para lo que se les elige.

El hecho es que por la zona recorrida, más de una decena de poblados agrícolas en su mayoría, parte de ellos en Tlaxcala, no parece que las elecciones les provoquen frío o calor. Muchos incluso preguntan cuáles elecciones y para elegir a quién.

Todo mundo está ocupado en lo propio, y la ausencia física de los candidatos les da más lejanía con un proceso del que ignoran que depende el futuro del país. Esas son tonterías y en lo que coinciden, es que nada de lo que hagan, por ejemplo, en Libres, va a cambiar el destino de nadie.

Eso piensan y de ahí el desinterés por unos comicios tan alejados de su realidad cotidiana. Viven el día, sueñan en un buen futuro pero en el que no caben deseos ni intenciones ajenas.

Viven, pues, su vida…