En Francia se decidirá el futuro de Europa
Como se esperaba, el resultado de la primera vuelta electoral presidencial en Francia obligará a la realización de una segunda vuelta definitiva. Al balotaje final llegan el candidato del movimiento “En marcha” y exministro de finanzas del gobierno de Francois Hollande, Emmanuel Macron, y la abanderada del Frente Nacional y representante del populismo extremista y ultraconservador francés Marine Le Pen.
Los franceses tendrán en esta segunda vuelta la oportunidad de no cometer el error que sí cometieron los estadounidenses al permitir que la intransigencia intolerante y, sobre todo, la estupidez se hicieran con el poder. Cien días de gobierno de Donald Trump han bastado para dejar muy en claro que las soluciones reduccionistas no son tales, sino simples recursos retóricos demagógicos que sólo buscan seducir al electorado, pero que después resulta extremadamente difícil si no es que imposible, convertir en políticas públicas reales susceptibles de ser implementadas en los hechos. Prácticamente la totalidad de la clase política francesa está consciente de ello y del peligro que tanto para Francia como para la viabilidad de la Unión Europea representaría el hecho de que Marine Le Pen llegara al Palacio del Elíseo.
Por eso desde el propio presidente Francois Hollande, pasando por los candidatos que no lograron acceder a la segunda vuelta, el socialista Benoit Hamon, el izquierdista Jean Luc Melenchon y el derechista y ex primer ministro Francois Fillon, han llamado de una o de otra manera al electorado a apoyar en la segunda vuelta a Emmanuel Macron, de cuya victoria depende no sólo el futuro de la política francesa, sino el del más ambicioso proyecto de integración comercial, económica y política que hoy conocemos como Unión Europea, de la que podríamos decir sin temor a equivocarnos que si bien puede sobrevivir sin la pertenencia del Reino Unido, difícilmente podría hacerlo sin la pertenencia de Francia.
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