Ese avión no lo tiene ni Nacho

 

Se reestructuró un préstamo de Interacciones por casi 650 millones de pesos y se pagaron 800 millones de pesos en adeudos que dejó Mario Anguiano


“ Ese avión no lo tiene ni Nacho”, bromeó un querido amigo colimense mientras chocábamos nuestras copas de vino. Se burlaba del nuevo auto de otro cuate, pero nadie en la palomilla se llama Ignacio. Todos en la mesa habíamos escuchado aquella frase de Andrés Manuel López Obrador. Reímos, le “dieron el avión” y continuamos con el brindis.

Minutos después me explicó, ya en corto, que su gobernador había vendido la aeronave, como una medida de austeridad. “Le dejaron la chequera en ceros Gustavo”. Ya en otra entrega volveremos hablar del ex gobernador Anguiano y sus terribles pendientes.

Investigué y efectivamente el primer mandatario de Colima, a un año de haber rendido protesta de ley ha tomado decisiones que valen la pena destacar: obtuvo casi 40.3 millones de pesos por la enajenación de un jet 13.6 millones de pesos se fueron para remodelar 66 espacios deportivos (en los 10 municipios del estado) y y 26.7 millones para la creación del Centro Regional de Oftalmología –que con la llegada de otros 26.7 millones procedentes de la Federación– se instaló un nosocomio de primer mundo.

Todos sabemos que Peralta tuvo que ganar dos veces las elecciones para entrar al gobierno, después de los complicados comicios contra el aspirante azul, y claro los errores del Instituto Electoral de Colima.

¿Pero que más se puede destacar de la primera etapa de Nacho, como le dicen sus gobernados y amigos? Una inversión histórica en el campo, repunte de la actividad turística, apoyo a los abuelitos y entrada de uniformes escolares en preescolar.

Ya le decíamos del desfalco del anterior gobierno, por ello se reestructuró un préstamo de Interacciones por casi 650 millones de pesos y se pagaron 800 millones de pesos en adeudos que dejó Mario Anguiano.

Peralta, todo indica, va en serio: en un año ahorró 450 millones y se comprometió a ahorrar 5 por ciento del gasto corriente para llegar a 30 por ciento al final del sexenio. Discreto, muy discreto, pero el gobernador de Colima podría darle unos cursos a sus compañeros de la Conago.