Estacionados en el fracaso

La captura política de las élites tiene consecuencias sociales graves
Vladimir Galeana Publicado el
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Si queremos conocer nuestra realidad social y la profundidad de nuestra desigualdad, hay que consultar el resumen ejecutivo de Oxfam, que muestra crudamente nuestra lamentable realidad como país y nuestra poca vocación como sociedad. Las cifras resultan crudas, y conviene señalar que la generación de riqueza es uno de los éxitos de cualquier país, pero no distribuirla adecuadamente es el fracaso de los gobiernos. Para decirlo fuerte y claro, en México solamente hemos tenido gobiernos fracasados.

El número de multimillonarios no ha crecido en el país en los últimos años, por lo que se afirma que por ahora son solamente 16, pero lo que sí ha aumentado considerablemente es la magnitud de sus riquezas. En 1996 esa riqueza alcanzaba la suma de 25 mil 600 millones de dólares, pero hoy esa cifra es de 142 mil 900 millones de dólares. En 2002, la riqueza de cuatro mexicanos representaba 2 por ciento del Producto Interno Bruto, pero entre 2003 y 2014 ese porcentaje subió a 9 puntos porcentuales, lo que es igual a un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de mexicanos.

En 2014 los cuatro principales multimillonarios de México podrían haber contratado hasta tres millones de trabajadores pagándoles el equivalente a un salario mínimo, sin peder un sólo peso de su riqueza. Otro dato, los cuatro hombres más ricos, Carlos Slim, Alberto Baillères, Ricardo Salinas Pliego y Germán Larrea han hecho sus fortunas a partir de sectores privados, concesionados y/o regulados por el sector público. Para decirlo de otra forma, han tenido al Estado de su lado, lo que no ocurre con los otros 12.

Otro dato pavoroso es que nuestra política fiscal favorece a los que más tienen porque no es progresiva y el efecto distributivo resulta nulo. Eso quiere decir que por mucho que tengamos esperanza en que las cosas cambien, seguirán igual porque las leyes están diseñadas para ello. La tan ansiada distribución de la riqueza en este país seguirá siendo una entelequia. Las familias pobres al gastar terminan por pagar más que las familias ricas. Así de simple.

El diagnóstico de Oxfam también establece que la constante desigualdad y la captura política por parte de las élites tienen consecuencias económicas y sociales graves que resultan, además, excluyentes. El mercado interno se ve francamente debilitado, y ante la escasez de recursos se recorta el capital humano y se pone en juego la productividad de los pequeños negocios. Por otra parte, la política social es un completo fracaso porque no contiene la inflación, y el salario mínimo está por debajo de los umbrales aceptados de pobreza.

México está podrido porque la estructura gubernamental se ha convertido en una fuente generadora de privilegios y en una exitosa fábrica de pobres. Esa es nuestra lamentable realidad. Desconozco si este estudio que muestra crudamente nuestra lamentable realidad haya sido analizado por el presidente Enrique Peña Nieto y por el señor Luis Videgaray. De no ser así, debieran hacerlo. Si ya lo hicieron, ¿qué esperan para hacer algo antes de que nos matemos los unos a los otros? Al tiempo.

vladimir.galeana@gmail.com

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