Estupidez educativa

 

Sin lugar a dudas la educación es uno de los pilares de cualquier sociedad, por muy disímbola que esta sea, pero también por la circunstancia en que se imparte y por los distintos orígenes de quienes la reciben. A la educación se la define como la formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y […]


Sin lugar a dudas la educación es uno de los pilares de cualquier sociedad, por muy disímbola que esta sea, pero también por la circunstancia en que se imparte y por los distintos orígenes de quienes la reciben. A la educación se la define como la formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de conformidad con la cultura y las nomas de convivencia establecidas en la sociedad a la que se pertenece. La única oportunidad que los gobernantes pueden otorgar a sus gobernados, para abandonar la pobreza, es una educación de calidad.

Esteban Moctezuma, Secretario de Educación Pública, sin título profesional, aseguró que dentro de un mes o mes y medio quedará sin efectos la Ley del Servicio Profesional Docente que establece la realización de evaluaciones a profesores, ya que la actual reforma Educativa habrá de ser abrogada. Cabe señalar que Esteban Moctezuma, sin título profesional, fue Subsecretario de Educación antes de ser titular de Gobernación, y por lo tanto no desconoce el tema, aunque en lo personal me extraña la forma tan miserable en que regresa al ejercicio del poder.

Dejar sin efectos la Ley del Servicio Profesional Docente equivale a dejar en manos de improvisados el futuro de los mexicanos del mañana, y eso lo sabe muy bien el señor Moctezuma, quien desde luego ha perdido esa admiración que alguna vez le manifesté por su profesionalismo en el servicio público. Para decirlo más claro, abandonar la evaluación magisterial es seguir manteniendo ese cáncer que se llama Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, cuyos integrantes son culpables del atraso de la nación.

Por cierto, los integrantes de esa organización fueron quienes provocaron al país daños por más de quince mil millones de pesos al paralizar las vías férreas en Michoacán, con la complacencia del propio Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien prefirió entregarles, como siempre, dinero a cambio de levantar el plantón. El problema es que una vez más se les concedieron sus exigencias, y lo que sigue es la impunidad para mantener a las instituciones educativas, y a la niñez Mexicana, como rehenes de sus miserables fechorías.

Desconozco cual haya sido el trato del Presidente Andrés Manuel López Obrador con esta falange magisterial delincuencial para conseguir apoyo para su candidatura presidencial, pero jugar con el futuro de nuestros hijos me parece un acto de mendicidad suprema. Condenar a la niñez Mexicana a la ignorancia por someterse a los designios de la CNTE, es el acto más despreciable que pudiera cometer un Mandatario, y me parece que por mucho que valga una Presidencia de la República, nunca valdrá más que el futuro de este país, que son nuestros hijos.

Por lo que corresponde al Secretario de Educación Pública, sin título profesional, también tendrá que responder ante la historia por su mendicidad al someterse a los designios de quién ahora es su patrón, dejando de lado la dignidad que lo caracterizó hace algunos años, con tal de volver a ocupar un cargo público de alta relevancia.

Si esa es la mal llamada “Cuarta Transformación”, agradezco al destino que mis hijos ya sean profesionales, por cierto, uno de ellos, Chrysto, distinguido con el Premio Internacional Ceneval, entregado por Canadá, México y Estados Unidos.

Al tiempo.

Vladimir.galeana@capitalmedia.mx