Gobernador fallido

Rubén Rocha, AMLO
Rubén Rocha, AMLO 

El gobierno de Sinaloa se encuentra a un paso de perder credibilidad y de confianza a las autoridades. Ya está a la vista que los intereses del gobernador están en la política no en la seguridad y eso también tiene un costo.


Dobleces

Gobernador fallido

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Al gobernador Rubén Rocha le estalló una crisis de seguridad con el secuestro de 66 personas; innegable para declarar un “estado fallido” a la entidad. Ni hay ley ni hay orden. La fragilidad gubernamental en el tema de seguridad rebasa al mandatario de la cuatroté.

El mandatario estatal está más ocupado en los temas políticos como el de la reelección del presidente Andrés Manuel López Obrador a través de una “curvita” y la próxima visita prevista dentro de 13 días.

Minimiza el desbordamiento del poder del crimen organizado en la región. Y es que el secuestro masivo, ocurrió dos días después que la sierra de Badiraguato fuera escenario de un enfrentamiento armado, presuntamente protagonizado por dos grupos criminales antagónicos. No se trató de un hecho aislado ni de “cosas que ocurren”.

Para ser un caso “normalizado” por el gobernador se hizo crisis, ya que hasta el domingo reportaron 58 aparecidos de los 66 secuestrados. Y sin más explicaciones por parte de las autoridades estatales.

De acuerdo con las definiciones básicas de un “estado fallido”, Sinaloa tiene las características, entre ellas, “la ruptura de la ley y el orden producido cuando las instituciones estatales pierden el monopolio del uso legítimo de la fuerza y se tornan incapaces de proteger a sus ciudadanos; así como el asentamiento de grupos armados, cárteles, mafias, milicias, señores de la guerra que son quienes realmente ostentan el monopolio del uso de la fuerza”.

El reciente secuestro masivo es un llamado urgente para admitir la colaboración internacional y combatir a los cárteles de la droga, incluso la puesta en operaciones del plan Bicentenario entre México y estados Unidos debe generar el espacio para atender, con carácter de urgente, este caso y aplicar la ley para prevenir y responder a los homicidios y crímenes de alto impacto. Ya que A final de cuentas ese es uno de los objetivos del acuerdo binacional.

En Sinaloa, la violencia es recurrente, el crimen organizado se encuentra empoderado. La lucha por las plazas locales roban la seguridad de los habitantes. Ante un mandatario con debilidad en el cumplimiento de la ley. El resultado es un elemento de la Guardia Nacional caído a manos de las balas del crimen organizado, ocho personas sin ubicar su paradero y un secretario de seguridad que tuvo que recurrir a los balazos.

El, secretario de Seguridad Pública en Sinaloa, Gerardo Mérida Sánchez mantiene un operativo de búsqueda y choque con los grupos del crimen organizado. De esta manera el gobierno de la primera generación de la cuatroté entró en una fase de lucha armada contra grupos del crimen organizado.

La estrategia iniciada el viernes 22 llevó al gobernador a minimizar el hecho del secuestro masivo al declarar: “son cosas que lamentablemente ocurren”. El hecho no fue aislado a la lucha entre cárteles y a reconocer más tarde que sería más el número de personas plagiadas incluidas mujeres y niños.

El gobierno de Sinaloa se encuentra a un paso de perder credibilidad y de confianza a las autoridades. Ya está a la vista que los intereses del gobernador están en la política no en la seguridad y eso también tiene un costo.

RGH