Gran final, tragos y botanas

 

“Mejor olvidemos las diferencias políticas y desacuerdos partidistas”


Aún faltan meses para la toma de posesión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y ya sus decires levantan polvareda: que sus conferencias de prensa serán a las primeras horas del día, para marcar la agenda a los medios de comunicación; que descentralizará las dependencias federales y disminuirá el sueldo de los altos funcionarios y si no les gusta que se vayan a la IP; que su administración estará signada por la austeridad re-pu-bli-ca-na y los ingresos de los ministros serán afectados; que el papa Francisco será su aliado en la pacificación del país, y esto levanta clamores porque, ¿no que muy juarista, dónde queda lo avanzado en la relación Estado-clero? Que la comunicación gubernamental estará concentrada y eso suena a Big Brother: mi palabra es la ley. Que nos olvidemos a la mafia del poder, porque ahora se requiere unidad nacional, ¿y la Gran Estafa y demás fechorías…?

Por fortuna la gran final del mundial de futbol Rusia 2018 inicia a las 10 de la mañana, compadre, y mejor olvidemos las diferencias políticas, los desacuerdos partidistas y preparemos lo necesario para que el rato resulte, además de emocionante, placentero: los espero en mi casa antes de las 10 de la mañana, nos chutamos el partido y brindamos por el rencuentro de la banda, ya sesenteañera, ¿va?

¡Que va y que va! El acuerdo es rápido: nos vemos en la casa del Manzanero, que además de soltero no tiene perro que le ladre: hasta a un churro podemos darle fuego, para ver las jugadas en cámara lenta gracias a la cannabis. Pero no hay que ser abusivos y le caemos a casa del anfitrión vestidos de “traje”: traje un sixpack; pues yo traje una bolsa de papas jumbo enchiladas; a mí me tocó traer paquetes de cacahuates japoneses. Y el Mamacita trajo, muy finolis él, trocitos de jamón, queso manchego, aceitunas y chilitos envinagrados; entre todos cooperamos para el cartón de caguamas y las metemos en la hielera, con los tehuacanes y las cocas.

Él Manzanas tiene poder de convocatoria: se levantó temprano ¡en domingo! para tener limpia la sala donde Dios es el televisor smart de pantalla plana, HD, 58 pulgadas, LCD, sonido estéreo. Tocan a la puerta y ya están ahí Mamacita y el Pelé con sus respectivos “trajes”.

El Chino y Despeinada cumplen lo pactado y agregan chicharrón, salsa Valentina y limones para botanear. ¡Faltaron los vasos desechables!

Pónganse cómodos, voy y vengo, indica Manzanas; va hasta la tienda de Trini por vasos y más tehuacanes para echarse unos Cacardí “pintaditos”.

Ya tiene casa llena, bancos, sofás y sillones ocupados.

Jalaron las sillas del comedor y los más confianzudos pusieron los cojines del sofá sobre un tapete para arranarse. Los integrantes del glorioso Liverpool, multicampeón del barrio, se dieron cita y ya escucharon las versiones abreviadas de los himnos de Francia y Croacia, ya celebraron el primer gol croata, discutieron por lo wey que se vio el jugador que anotó autogol a favor de los galos y alabaron la tecnología que aclaró si fue o no mano la del jugador que ocasionó decretaran penalti contra los balcánicos.

Al medio tiempo las chelas escasean y los pomos salen a relucir. Alguien pregunta por don Fer, veterano anfitrión futbolero. Despeinada vuelve con otro cartón de cervezas y malas noticias desde la tienda de Trini: doña Chelo, esposa de don Fer, ingresó a medianoche el sábado al área de Urgencias del Hospital General de Mexico, la entubaban cuando cayó en paro cardiaco, y sucedió lo inevitable: ya descansa en el Reino del Señor.

Caras largas, brindis en honor de la difunta, generosa anfitriona que nada negaba a la banda que cada domingo disfrutaba del fut en la sala de su casa: la Federación Mexicana de fut debió premiarlos por crear afición dominguera, sanota y festejadora de cuanto gol se coreaba en su casa.

En la pantalla vuelve la acción. Y en la sala los tragos se incrementan, la botana se vuelve bocadillo compulsivo por las emociones que abundan en la cancha, pues al minuto 59, ¡en la moder!, Kylian Mbappé Lottin anota y Francia remonta a 3-1 el marcador, y en el minuto 64 ¡rájale! 4-1: los lorocutores ya coronan a Francia, y una petición del Manzanas, oigan: abran las ventanas, porque el humo de los fumadores y el calor y los salú, salú han creado una densa atmósfera, las ganas croatas, carnal, no cuajan pero al minuto 68 algo cimbra a la telera: 4-2, gracias a la baba del portero galo que pendejea como primerizo y ¡goooool!, que renace esperanzas y la atención de los aficionados, salú, salú, ¡nuestros ratoncitos, al primer gol en contra, se deprimen y miren a los croatas, no dejan de atacar, armar, intentan todo pero los minutos se consumen como tragos y botanas: a gran velocidad, hasta que el pitazo que Francia es campeón del mundo, el festejo estalla, la y el mandatario de los países finalistas celebran, los jugadores corretean por la cancha con la copa y para que el ánimo no decaiga Manzanas propone ver las mejores jugadas y traer más wamas, porque me da mucho gusto que el Liver esté junto de nuevo, como en los grandes tiempos: por ésta que los quiero un resto, me cae: por ésta…