Guerrero: criminalidad y desarrollo, saldos que suman seguridad interior

 

La fórmula integral para combatir la inseguridad con sus diferentes expresiones de violencia es la suma de las acciones de las fuerzas federales armadas a acciones de inversiones sociales, económicas y políticas


Ahora que los candidatos presidenciales acumulan declaraciones vacías sobre seguridad ante su incapacidad para entender la crisis de violencia criminal como asunto de Estado, un reciente dato podría fijar algunas coordenadas: la actividad económica con potencialidad de desarrollo crea un anillo contra la criminalidad.

Luego de evidencias de que el Triángulo del Sol en el pacífico –Acapulco, Zihuatanejo e Ixtapa– estaba siendo anulado por la actividad criminal, la pasada temporada de Semana Santa registró ocupación hotelera de 91 por ciento promedio en esas plazas. Inclusive, Acapulco tuvo que superar un boletín de advertencia del Departamento de Estado por la violencia criminal.

Las tesis de seguridad interior señalan que el objetivo central del Estado en materia de seguridad es doble: dar seguridad y crear las condiciones de desarrollo económico y social. La acción de todos los cuerpos de seguridad contra la criminalidad es un complemento, no un accesorio. Esta tesis de seguridad –con basamento constitucional– es la que define el concepto de seguridad interior.

Agobiado por una inseguridad criminal heredada de los tiempos de gobiernos caciquiles autoritarios figueroístas-priistas y luego de administraciones perredistas vinculadas al crimen organizado, el gobierno priista de Héctor Astudillo quedó atrapado entre la escasez de personal de seguridad capacitado y bajo control, la libertad de acción de grupos criminales y las insuficiencias de los cuerpos federales de seguridad, pero acertó al privilegiar el desarrollo como antídoto contra la criminalidad.

La sola acción de seguridad no ha logrado controlar o al menos acotar a la criminalidad. Pero ahora las estrategias de seguridad están siendo acompañadas con inversiones en actividad social. El único que tiene una idea cercana al problema es López Obrador, sólo que los programas sociales van a fracasar si se amnistía a las bandas criminales.

El Programa para la Seguridad Nacional 2014-2018 señala con claridad la seguridad interior:

“Condición que proporciona el Estado mexicano para salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos y el desarrollo nacional mediante el mantenimiento del estado de derecho y la gobernabilidad democrática en todo el territorio nacional”.

Guerrero puede ser el laboratorio de aplicación de las tesis de seguridad interior: la promoción turística para neutralizar a la criminalidad que amenazaba con afectar al Triángulo del Sol ayudó a elevar la ocupación turística. Lo malo, en todo caso, es que el gobierno estatal hubo de hacer enormes inversiones para la promoción, sin la ayuda federal.

La fórmula integral para combatir la inseguridad con sus diferentes expresiones de violencia es la suma de las acciones de las fuerzas federales armadas a acciones de inversiones sociales, económicas y políticas.

El conato de violencia en cuando menos tres municipios de Guerrero y Oaxaca cuando partidas militares quisieron destruir plantíos de droga y enfrentaron la violencia social de habitantes que tienen en ese cultivo su único sustento porque el Estado abandonó al campo termina de ilustrar que la criminalidad es reacción social –no respuesta– al abandono de las tareas de bienestar social del Estado.

Los saldos ocupación turística disminución de criminalidad en el Triángulo del Sol de Guerrero demuestran que la seguridad interior es una función del Estado cuando conjunta seguridad y desarrollo.

Política para dummies: La política es la habilidad para decidir sobre los peores escenarios posibles, con el fin de que cuando lleguen los positivos las expectativas sean mejores.