¡Hey! Es el siglo XXI

Imagen para ilustrar. Foto: Cuartoscuro 

Un tiempo nuevo con enfermedades sociales nuevas


Cuando veo las reuniones y los cónclaves de los partidos y de los políticos, me pregunto:

¿por qué son tan ajenos a la comprensión de la evolución?

Es muy importante saber vivir y sintonizar con los tiempos que va marcando la historia. Y es que, si usted ahora se dedica a observar el entorno todo es farragoso y viejo en un mundo en el que los 140 caracteres sirven para escribir las obras cumbres de la comunicación humana.

En este momento una cosa es tener un community manager, tratar de involucrarse en las redes sociales con unas fotos más o menos afortunadas y unos mensajes más o menos falsos y ridículos sólo para estar en la onda y ser percibidos por los cibernautas; y otra cosa muy diferente es creer de verdad que esta es la era del Internet y del Instagram, donde hay filtros para mejorar una fotografía, pero sólo una foto y no todo el álbum de nuestras vidas.

Sin embargo, la manera en la que nos seguimos reuniendo, comportando y hablando para articular las grandes medidas que definirán el futuro de nuestro país son antiguas, todas antiguas.

Y no estoy proponiendo que los congresos o las asambleas se hagan a través de Facebook, porque no es un problema de reunirse o de tocarse – aunque creo que uno de los graves problemas de esta era es que las personas ya casi no estamos frente a frente–, sino que ahora hemos dejado de esforzarnos para saber a quién debemos dirigirnos realmente.

Y es que, en este momento nos seguimos dirigiendo a los habitantes del siglo XX, aunque las generaciones del siglo XXI deben saber que no sólo tienen todo el derecho de ocupar el poder porque el futuro les pertenece, sino que además no están obligados a ser o a pensar como las generaciones que les antecedieron.

Estamos en el siglo XXI, y que haya empezado con todas las cargas, las rémoras y las enfermedades congénitas del siglo XX no le quita la importancia al hecho de que es un tiempo nuevo con enfermedades sociales nuevas.

Me preocupa que la gente piense que el Internet es una moda y ya pasará.

Puesto que la comunicación es la primera necesidad de los seres humanos y también seguirá siendo la última. Y da igual que se ejerza a través del sonido de los tambores, de las señales de humo, del pájaro azul de Twitter o de los mensajes de WhatsApp.

Porque lo único que ha permitido esta revolución del siglo XXI es que la gente se comunique más. Y si usted quiere hacer algo, contar algo o representar a alguien, tiene la obligación de aprender las asignaturas, las tendencias y las necesidades del siglo en el que pretende mandar.

@antonio_navalon