Hugo Chávez, el más grande demócrata de Venezuela

Como es habitual en este espacio, de tanto en tanto echamos un vistazo a lo que sucede en el mundo del revés, un lugar enigmático y sorprendente, cuyo nombre oficial es el de República Bolivariana de Venezuela. Ahí y ante el callejón sin salida político que enfrenta Nicolás Maduro por el descontento generalizado y mayoritario expresado en protestas callejeras desde Valencia hasta Maracaibo y desde Puerto La Cruz hasta Caracas, el régimen chavista se ha sacado el as que traía bajo la manga, es decir, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que sustituya a la Asamblea Nacional mayoritariamente opositora y que contribuya a la eternización de Maduro en el Palacio de Miraflores.

Sobra decir que los mecanismos de selección de los legisladores constituyentes, mecanismos por lo demás completamente antidemocráticos, garantizarán que la Asamblea esté formada por chavistas incondicionales en lo que, sin lugar a dudas, es una maniobra burda y tramposa con la que Maduro pretende seguir socavando el orden constitucional venezolano. Pero la cosa no queda ahí, pues en el discurso nacionalista, victimista, populista y confrontativo de Maduro es posible encontrar algunas auténticas perlas que no tienen desperdicio.

Hace algunos días sin ir más lejos, el aspirante a prócer venezolano literalmente dijo: “Soy un demócrata. Vengo de los debates profundos de las asambleas sindicales (…) Somos hijos del más grande demócrata de la historia de la patria. Nuestro comandante Hugo Chávez, el gran refundador de la democracia”. ¡Carambolas! Esto equivale a decir que Daniel Arizmendi, usted lo recordará, el famoso “Mocha orejas”, era en realidad un cirujano plástico, o que el “Chapo” Guzmán lo que realmente exportaba a Estados Unidos era talco para bebé. Sorprende en cualquier caso que todavía haya alguien lo suficientemente ingenuo como para creer los infundios del tiranuelo de Caracas.