El humor del Presidente

 

Los resultados y las implicaciones de la política del pesidente están siendo muy malas


Hace unos meses el Presidente no entendía por qué había tanto mal humor social. Sin embargo, en la última reunión con su gabinete pudo entender la razón por la que incluso él ya había cambiado su estado de ánimo.

Y es que ahora, da la impresión de que el Presidente se ha dado cuenta que su esquema, su sistema y su manera de organizar su poder no está –ni al interior ni al exterior del país– dando los resultados que él esperaba.

Es probable que al jefe de Estado le hayan contado que lo importante es pasar a la historia siendo recordado por todo lo grande y lo bueno que haces por tu país.

Y en ese sentido, se olvidó de las encuestas y se dedicó en cuerpo y alma a impulsar las reformas estructurales y a dejar atrás al Peña Nieto que tenía que venderse y comprar los votos de su pueblo.

Pero, de pronto, llegó el despertar. Y a partir de ese momento el Presidente no tuvo mayor alternativa que confrontar una realidad en la que las cosas no van nada bien. Porque sus intenciones podrían ser muy buenas, pero los resultados y las implicaciones de su política están siendo muy malas.

Ahí comenzó el cambio, no sólo del humor presidencial, sino de aquellos que lo rodean. Situación que llevó al secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida a considerar que lo mejor era irse y presentó su renuncia. Sin embargo, el jefe de Estado no se la aceptó y además le dijo que no era un problema de renuncias, sino de sacar adelante al que quisiera sacar al buey de la barranca.

Ha iniciado otra era del poder en México. Y tanto el cambio de humor del Presidente y su gabinete, como la elección del próximo dirigente del PRI, son una muestra de ello.

Ahora las autoridades se están preparando para las crisis, pero es conveniente que sepan que los parámetros de éstas varían mucho en función de elementos que nadie puede controlar.

Por ejemplo, no es lo mismo si el gobierno consigue superar este momento de desafíos colectivos y logra reinstaurar la normalidad en las zonas afectadas por los plantones de la CNTE; que si repite la experiencia que le tocó vivir a través de Ulises Ruiz, el antiguo gobernador de Oaxaca, sin solucionar los problemas de orden público, económico y político.

En este momento no existe la posibilidad de realizar cálculos racionales o irracionales, pero lo que sí existe es la certeza de que el tiempo político de las reformas estructurales, el Pacto por México y la iniciativa del gabinete, se ha ido para siempre.

Y ahora sólo los que de verdad entienden todo esto son los que podrán seguir siendo útiles al Presidente y a sí mismos en sus respectivas carreras políticas.

@antonio_navalon