Imposición o autoritarismo

 

Todavía tengo presente en la memoria la vez en que Andrés Manuel López Obrador se definió como un demócrata. Ahora también se define como la antítesis de la democracia y adopta esa personalidad que muchos de sus detractores advirtieron que ocurriría cuando de imponer su voluntad se trata. Por lo pronto el pleno del Senado […]


Todavía tengo presente en la memoria la vez en que Andrés Manuel López Obrador se definió como un demócrata. Ahora también se define como la antítesis de la democracia y adopta esa personalidad que muchos de sus detractores advirtieron que ocurriría cuando de imponer su voluntad se trata. Por lo pronto el pleno del Senado de la República aprobó con sesenta y siete votos a favor y cuarenta y cinco en contra el requisito de elegibilidad de los doce aspirantes de las nuevas ternas enviadas por el Ejecutivo Federal para ocupar un lugar en la Comisión Reguladora de Energía.

Armando Guadiana Tijerina, que muy poco sabe de Energía y mucho de malas mañas empresariales, defendió con muy pocos argumentos las ternas presentadas, y aclaró que la ley no dice que deben ser personas diferentes las que ocupen un lugar en una segunda terna, pero si no entiende la circunstancia en que estuvo el procedimiento de elegibilidad, tampoco entenderá que le hicieron un flaco favor al país con su decisión de ratificar los nombres propuestos por el Presidente y que nada tienen que ver con la materia donde tomarán decisiones.

Para satisfacer la orden emitida por el Presidente de la República para que los mexicanos de todas las latitudes, de todas las corrientes políticas, y de todos los orígenes étnicos, entendiéramos quién es el que manda, fueron avalados los mismos integrantes de las ternas que propuso e impuso el Ejecutivo, y de las cuales saldrán una sarta de ignorantes elementos que tomarán decisiones en base a las órdenes que desde la propia Presidencia de la República les envíen.

Para decirlo más claro, con este tipo de decisiones avaladas por el Senado de la República, podemos dar por descontado que la Comisión Reguladora de Energía dejara de mantener su autonomía para plegarse a las órdenes que desde la Presidencia de la República se emitan. Para decirlo de otra manera, los mexicanos nunca esperamos que las tendencias totalitarias de Andrés Manuel López Obrador fueran impuestas de forma cínica y avaladas por quienes presuntamente representan al Pacto Federal en el Congreso de la Unión.

Armando Guadiana Tijerina hizo de todo con tal de complacer al Presidente de la República, aunque con ello se haya comprometido como uno de los principales enemigos de la democracia y de la rectitud, porque avalar la participación por concurso a quienes poco sabían del tema, ha sido tomada por muchos mexicanos como una afrenta al interés colectivo de la nación. El término que alguna vez acuñara Nicolás Maquiavelo acerca de “La razón de Estado” ha palidecido ante la razón de la satisfacción del ego de quien por ahora gobierna.

Si de lo que se trataba era de mostrar a las oposiciones que el señor López Obrador puede hacer lo que le venga en gana con el país, no debieran olvidar que pese a los designios del mismo López Obrador, la democracia Mexicana seguirá estando vigente. La improvisación, la insensatez y la ignorancia, son por ahora el sello de la pretendida Cuarta Transformación.

Los mexicanos tendremos que seguir aguantando el odio acumulado de quienes piensan que son mejores que los del pasado, aunque tengan las manos manchadas de lo mismo.

Al tiempo.

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