Incumplimiento del “contrato” tributario

CIUDAD DE MÉXICO, 05ABRIL2016.- Oficinas del Sistema de Administración Tributria (SAT), ubicadas en avenida Hidalgo 77. FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM 

Yo ¿me obligo a pagar impuestos? No, a mí me obligan a pagarlos


(Segunda de tres partes)

Hay filósofos, economistas, políticos, juristas, legisladores, y demás interesados en el tema de los impuestos, que hablan, a partir de una clara influencia de las teorías contractualistas (Hobbes, Locke, Rousseau, Schmitt, Rawls, por citar a algunos de sus proponentes y defensores), de un contrato tributario, establecido entre recaudadores (gobierno) y contribuyentes (ciudadanos), por el cual los segundos se obligan (como sucede con cualquier parte contratante) a entregarle a los primeros una parte de sus ingresos, primeros que se obligan a su vez (como debe ser en el caso de cualquier contratante que se respete) a realizar determinadas tareas, entre las cuales destaca la de garantizar todos los derechos de todos los ciudadanos.

Este contrato tributario, ¿realmente existe? Ojo: no estoy preguntando si existe el cobro, y por lo tanto el pago, de impuestos, sino si existe el contrato tributario entre recaudadores y contribuyentes, por el cual los segundos se obligan a entregarle a los primeros parte del producto de su trabajo, a cambio de que el gobierno se obligue a realizar ciertas tareas, la más importante de las cuales es garantizar los derechos de los ciudadanos. Este contrato tributario, ¿realmente existe? No, por supuesto que no (de la misma manera que tampoco existe el mentado contrato social de las teorías contractualistas).

¿Qué es un contrato? Según el diccionario de la lengua, pacto o convenio, oral o escrito, entre partes que se obligan (ojo: que SE obligan) sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas. Por extensión un contrato es el documento que recoge las condiciones de ese acuerdo (papelito habla).

Si un contrato implica esencialmente el que las partes contratantes SE obligan a hacer o no hacer algo, en materia de impuestos, ¿es correcto hablar del contrato tributario? No, y es por ello que, en el título de esta serie, y a partir de ahora en el texto, la palabra contrato la entrecomillo. Yo, ¿me obligo a pagar impuestos? No, a mí me obligan a pagarlos, algo esencialmente distinto.

Continuará.

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@ArturoDammArnal