Dresser y Loaeza: plagio en ojo ajeno y viga en el propio

 

Dresser acumula cuando menos dos casos concretos de plagio


La estrella crítica de las mesas de Carmen Aristegui ha sido Denise Dresser, la politóloga itamita que no ha escrito ningún ensayo de ciencia política sino sólo artículos de crítica en periódicos, y le entró al tema del plagio en la tesis universitaria de Peña Nieto. Lo interesante no fueron sus descalificaciones, sino el hecho de que Dresser acumula cuando menos dos casos concretos de plagio.

En el número de mayo del 2006 de la revista Letras Libres, Leon Krauze hizo una disección del libro –caro, por cierto– México. Lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria, escrito por Denise Dresser y Jorge Volpi, y editado por Nuevo Siglo de Aguilar y concluyó que es una “emulación” –es decir: plagio– de América: the book, de Jon Stewart. El recuento de Krauze, frase contra frase, encontró cuando menos treinta frases copiadas por Dresser y Volpi a Stewart.

El 28 de septiembre del 2015, Dresser publicó un artículo en Reforma que representaba una fase superior del plagio: el autoplagio, plagiarse a sí misma ante la carencia de nuevas ideas. El sitio http://yalochecaste.com/2015/10/denisedresser-y-el-reciclaje-round-2-se-buscaperredista-perdida2004-vs-la-progresistaperdida-2013/ se tomó la molestia de comparar ese texto con uno publicado por la misma Dresser y encontró que el artículo del 2015 copiaba uno de ella misma del 15 de marzo del 2004, sólo que cambiaba el nombre de Vicente Fox por el de Peña Nieto.

El análisis de Dresser el jueves pasado en el programa internet de Aristegui juzgó como viga en el ojo ajeno lo que es también viga en el propio: el plagio es una muestra de que su autor está encorvado “intelectualmente, moralmente, y no es un hecho aislado”… –ella tiene hasta ahora dos plagios–, critica la reacción de la Universidad Panamericana de eludir la decisión de retirarle el artículo, cuando Reforma no llamó a cuentas a Dresser para retirarle su colaboración y la politóloga sin politología critica al titular de la SEP por eludir el tema porque “con qué calidad moral” evalúa a maestros si no evalúa a su jefe, lo que lleva a preguntar por la calidad moral de la crítica que critica el plagio cuando ha sido denunciada de plagiaria y auto plagiaria.

La premio Pulitzer del The New York Times Maureen Dowd fue cachada plagiando textos y el prestigiado director de Newsweek, Fared Zakira, también plagió textos y los dos tuvieron que disculparse; el reportero del NYT Jayson Blair fue atrapado plagiando textos, lo despidieron y el director del diario Howell Raines renunció.

En diciembre del 2007 el escritor Guillermo Sheridan publicó en Letras Libres un caso de doble plagio realizado por la escritora Guadalupe Loaeza; del primero ella se disculpó por no haberle colocado “comillas” al texto (como Peña), pero Sheridan documentó otro caso de plagio de Loaeza en un texto publicado en el suplemento El Angel de Reforma. Como con Dresser, el periódico no se inmutó y las dos siguen criticando.

CLARO, HAY DE PLAGIOS A PLAGIOS.

The White House 2016: Frente a las denuncias de tráfico de influencias y conflictos de interés en su fundación, Hillary Clinton respondió: “hay humo, no fuego”… Hillary endureció discurso contra Trump: lo acusa de ser un Ku Klux Klan… Republicanos dicen que tienen tiempo para convencer a latinos de que Trump no deportará migrantes como Barack Obama… Hillary revive discurso de la “vasta conspiración de la derecha”, pero no pega.

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