Nuño y Beltrones, crisis terminal de sistema PRI

 

La política es la facilidad de ver la claridad en medio de la oscuridad


Como en política no hay coincidencias, cuando menos cinco hechos revelan el final histórico del sistema político priista:

1.- El fracaso del joven Aurelio Nuño en la administración tipo 68 del problema magisterial.

2.- La renuncia del veterano Manlio Fabio Beltrones al PRI por su incapacidad para manejar elecciones estatales.

3.- La consolidación de movimientos sociales radicales y violentos operando en los linderos del sistema para reventar el sistema.

4.- La incapacidad –de 1951 a la fecha– del sistema político para administrar la fuerza de la política y el uso arbitrario, irresponsable y peligroso de la política de la fuerza.

5.- El contrasentido de que el PRI siga siendo la fuerza política número uno y con base en su aparato electoral pueda también ganar 2018, pero en medio de crecientes protestas políticas en las calles. El escenario mexicano ofrece cinco puntos críticos:

1.- El estallamiento cada vez más seguido, cada vez más articulado y cada vez como la primera instancia de lo que Enzensberger llamó “guerras civiles moleculares”. El sistema político, la política y la estructura institucional no sirven para la movilidad de grupos sociales.

2.- Una crisis típica de ingobernabilidad propia, dice Huntington, de las sociedades en cambio y apertura: cuando la oferta de cambio institucional del gobierno y sus grupos de poder – incluyendo a la oposición– es menor a las exigencias de la sociedad. El espacio de la política no cabe en las instituciones y leyes/reglas, pero se niega a cambiar con la misma rapidez que los grupos sociales. Sin el espacio institucional, los grupos sociales pasan directo a la ruptura.

3.- Una crisis en las élites: el joven Nuño y el veterano Beltrones fracasaron en las tareas de administrar temas extremos del sistema. Nueva realidad: una sociedad abierta, un sistema político autoritario acotado por los derechos humanos y una oposición aliada a los mecanismos de control del sistema/ régimen priista.

4.- El riesgo político de una salida populista no por eficaz sino como acto de protesta, aunque en el fondo la propuesta política de Andrés Manuel López Obrador y Morena sea la misma del viejo PRI: el corporativismo controlado del cardenismo. El PRI soltó sectores, pero no les dio cauces y esos sectores están acostumbrados al paternalismo cesarista: el lumpenproletariado de Marx en El 18 Brumario.

5.- Ante un sistema de partidos disfuncional y un sistema de representación inmovilizado por la corrupción, las protestas sociales han usado el carril empedrado de los movimientos sociales radicales populares organizados para la ruptura violenta: poco qué perder, todo por ganar, nada qué negociar.

El contrapunto Beltrones-Nuño era la última oportunidad del sistema/régimen/ Estado priista para modernizarse, pero el primero se quedó pasmado ante la nueva movilidad de la sociedad y el segundo aplicó la mano dura más como autodefensa que como iniciativa. La vieja nueva política se hundió en una sociedad mayoritaria fuera de control institucional: la oposición ha sido incapaz de captar y reordenar la protesta. Los cambios en el sistema iniciados por Salinas de Gortari carecieron de reformas institucionales integrales.

A la élite gobernante –PRI, oposición, funcionarios, medios– le ha faltado procesar la racionalidad de los conflictos; por eso Beltrones prefirió la graciosa huida partidista y Nuño la apasionada reafirmación en su cargo a pesar de los muertos. Como en toda transición forzada, el viejo sistema/régimen/Estado muere muy rápido pero el nuevo sistema/ régimen/Estado aún no alcanza a nacer.


Política para dummies: La política es la facilidad de ver la claridad en medio de la oscuridad.

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