Inseguridad (2)

 

¿Por qué los cuerpos de seguridad pública estatales, federales y municipales no lo hacen?


Nadie pondría en duda la credibilidad y prestigio de National Geographic.

Sus publicaciones y producciones televisivas gozan de gran audiencia y abarcan temas muy diversos.

Pues bien, la semana pasada se transmitió un programa denominado “Drogas, negocio redondo”, cuyos escenarios fueron Cancún y Playa del Carmen. La profusión de datos e imágenes fueron sorprendentes. Se muestra con toda claridad a los llamados “vigías” de los cárteles en plena operación, desde motonetas donde el número de placas es perfectamente visible, se sigue el trayecto de un distribuidor a bordo de un taxi a su exclusivo servicio, también con la placa visible, y en una escena se mira como entran en un área de revisión policiaca, donde una patrulla municipal, con perros y uniformados tipo “Rambo” en una escenografía claramente planeada, provoca el nerviosismo del conductor, aplacado por el dealer con una frase contundente; “no te preocupes, ellos están en nuestra nómina y saben quiénes mandan aquí”.

Lo cierto es que al momento de pasar el filtro, simplemente se siguen de largo sin ninguna molestia por parte de los revisores. Después hay imágenes dentro de varios antros, donde se ve a los vendedores de diversas drogas en plena transacción, con pagos en efectivo a la vista de todos. El programa es demoledor. No deja espacio a dudas.

La pregunta surge de inmediato: si los reporteros de National Geographic pudieron llegar a las entrañas del asunto, ¿Por qué los cuerpos de seguridad pública estatales, federales y municipales no lo hacen? La respuesta es obvia. Son parte del problema. No cumplen su función, muchos están al servicio de los intereses que deben combatir. Si hubiera algún montaje, el estado debería demandar las rectificaciones procedentes, pero no lo hace, por algo será. No hay salida, ¿También hemos perdido Cancún?