Castillo de arena

 

Una tormenta perfecta, donde nuestros deportistas han sacado la peor parte


La justa deportiva veraniega, que congrega cientos de deportistas de todo el mundo y que este año se realiza en Río de Janeiro, está por concluir, y desafortunadamente para los atletas mexicanos, fue una competencia que no dejó los resultados esperados.

Como cada cuatro años, los atletas mexicanos se alistaron para competir con sus pares y dar lo mejor de sí, dentro de sus posibilidades; sin embargo, y a diferencia de Londres, Pekín o Atenas, Brasil nos dejó ver la realidad que vive el deporte mexicano (pésima, por cierto), pero que dudo mucho que refleje la verdadera calidad de nuestros atletas.

Pero, si la calidad de los atletas mexicanos es mayor a la mostrada en Río de Janeiro, ¿qué sucedió con las tan mentadas medallas?

Una tormenta perfecta, donde nuestros deportistas han sacado la peor parte.

Primero, la tormenta se gestó con la designación, en abril de 2015, del abogado Alfredo Castillo como titular de la Conade, un funcionario que se venía desempeñando en la procuración de justicia y seguridad, por lo que ahora, justo o no, recae en él la pésima actuación de la delegación mexicana en Río.

Segundo, el presupuesto de la Conade para 2016 ha sido el monto más bajo otorgado en la actual administración (poco más de 2,800 mdp), y de los últimos ocho años.

Tercero, seguimos creyendo que el deporte es cosa menor, y que el deportista puede vivir de pequeños “estímulos”, pero cuando tienes que “botear” para recaudar fondos para acudir a justas internacionales o solicitar uniformes prestados para competir, la mente que gobierna el cuerpo del atleta nunca estará al ciento por ciento para ganar. Porque, como cualquier profesionista, el deportista requiere seguridad económica y el mejor ambiente para desempeñarse… ¡y ganar! ¿Seguiremos construyendo castillos de arena?

@plumavertical