Corrupción, un lastre del siglo pasado

Por el bien de todos, que funcione el Sistema Nacional Anticorrupción
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La corrupción en México, es una asignatura pendiente que arrastramos desde el siglo pasado –por decir lo menos–, y que los políticos de todos los partidos han rehuido legislar para aplicar castigos severos a funcionarios públicos que cometan algún delito y, tal vez, así evitar que nadie goce de más protección que la que la ley le da.

Han sido una serie de casos que el actual Gobierno ha tenido que enfrentar, algunos generados por funcionarios de primer nivel, lo que ha provocado tensiones entre la sociedad y Presidencia, resultando en bajos niveles de aceptación de Enrique Peña Nieto, y del PRI, lo cual quedó de manifiesto tras las elecciones del pasado 5 de junio.

Por lo pronto, el nuevo líder del “tricolor”, Enrique Ochoa, durante su toma de protesta, se pronunció por la no tolerancia a los gobernantes corruptos, diciendo que los perseguirá, dejando en claro –o por lo menos es lo que se busca– que la línea política del PRI rumbo al 2018 será el combate a la corrupción, buscando desligarse de “esos políticos”.

Por su parte, Peña Nieto apostará abiertamente, en el último jalón de su sexenio, por luchar contra la corrupción, por lo que la promulgación de las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción será el eje rector que domine el debate nacional de aquí y hasta las elecciones presidenciales dentro de dos años.

Lo que no hay que olvidar es que ninguna ley sirve o servirá para combatir la corrupción si no se aplica, y aquí la impunidad entra a escena.

La historia de la política mexicana no favorece la lucha anticorrupción. Pero las heridas y la sangre que provoca están asfixiando a México.

Por el bien de todos, que funcione el Sistema Nacional Anticorrupción.

@plumavertical

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