Juegos múltiples

 

No hay gobierno en el mundo que pueda predecir cómo será la situación en los próximos días


A medida que hemos ido avanzando desde aquel 5 de junio en el que México se convirtió en otro país, más allá de las lecturas elementales que destacan el fracaso de un partido –el PRI– y el aparente triunfo de otro –el PAN–, la situación se va tornando cada vez más delicada y peligrosa.

Ahora cuando uno escucha la dialéctica y observa situaciones como la página de internet para denuncias anónimas lanzada por el gobernador electo de Chihuahua, Javier Corral, es posible entender que su victoria estuvo respaldada por la fuerza de la persistencia, los errores del oponente y la comprensión que alcanzó la sociedad con relación a la capacidad de juego que tenían los políticos priistas.

Pero, además, hay que ser consciente de que ese día no sólo hubo una partida de póker o de ajedrez, sino que hubo varias mesas simultáneas y en ellas se jugaron distintas cartas y distintos intereses, situación que dio inicio a una especie de catarsis del sistema nacional.

El 5 de junio comenzó la carrera presidencial de 2018, donde su base se conformó sobre la eliminación múltiple de enemigos y sobre la destrucción de posibles contendientes antes de que éstos puedan levantar el vuelo.

En ese contexto, encontramos el caso de Manlio Fabio Beltrones y el de Rafael Moreno Valle, candidato in péctore del PAN que posee la resistencia financiera, la organización y el poder para correr contra todo y contra todos al interior de su partido.

En este momento no hay gobierno en el mundo que pueda predecir cómo será la situación en los próximos días.

Y en ese sentido, todos los cálculos, los nombres, las filtraciones y las hipótesis en torno a la forma como cambiará el gobierno de México no son claros en la manera en la que pretenden conquistar la profundidad y el espacio de juego.

Y mientras tanto, la recomposición del PRD, la furia del carro de fuego que representa Morena y López Obrador y la reconstrucción interna del país, tiene tantas interrogantes, que tratar de hacer una previsión de cómo estará el gobierno y su partido en unos días, resulta ser un ejercicio insensato y carente de bases.

Primero, porque la realidad ya no actúa a favor de nadie, y segundo, porque no sabemos cuántos casos como los de Oaxaca y Chiapas aún están por venir, y cuántos desafíos más hay por delante para el Estado mexicano.

Y si además, sumamos a eso el desgaste democrático que se está produciendo antes de la toma de posesión de los nuevos gobernadores, por todas las imprudencias legislativas que están cometiendo; esta situación nos lleva a cabalgar en nuestra realidad política a lomos de un tigre desbocado.

@antonio_navalon