La justicia según Antonio Vitelli Macías

 

Desde el escritorio afectan vidas para satisfacer las ansias de control de una militante perredista


María Eugenia Pérez Tapia es un personaje singular de la Delegación Gustavo A. Madero. La conocen en casi todos los comerciantes de la zona de Lindavista, a quienes solicita cooperaciones para algunos de los eventos o actos que tiene que realizar el jefe delegacional, Víctor Hugo Lobo.

Cuando éste fue elegido por segunda vez como delegado, los restauranteros de la zona tuvieron que permitirle a María Eugenia, realizar sin costo alguno, celebraciones para las huestes perredistas a las que dice controlar.

La señora Pérez Tapia vive en una unidad habitacional en la Avenida Miguel Bernard, y se ha vuelto insoportable para los moradores de los edificios que la conforman. Pero no tan sólo es una mujer pudiente en la Delegación encabezada por el señor Lobo, de donde recibe apoyos a nombre de la unidad en que habita, mismos que nunca han visto los vecinos.

También es pudiente en la Procuraduría Social del Distrito Federal cuando de demandar a los vecinos se trata, y ha sembrado el terror ente ellos porque los mantiene amenazados incluso con mandar patrullas para que los remitan ante el Ministerio Público.

María Eugenia Pérez Tapia es una persona bastante influyente con el Subprocurador de Derechos y Obligaciones en Condominio de la Procuraduría Social del Distrito Federal, de nombre Salvador Antonio Vitelli Macías.

Cuando me enteré de los desplantes de la señora Pérez Tapia, me permití alertar al señor subprocurador de que estaban utilizando su nombre para amedrentar a los moradores de la unidad habitacional. Cuál sería mi sorpresa cuando para demostrar su poder ante los vecinos, doña María Eugenia hizo que el subprocurador mencionado le impusiera diez mil pesos de multa a un ex administrador del lugar, quien es jubilado y que gana poco más de tres mil pesos mensuales.

Ayer le llame nuevamente al señor Salvador Antonio Vitelli Macías, quien simplemente me dijo que tenía todos los caminos legales para impugnar la decisión. Sujetos como éste, que desde el escritorio afectan vidas para satisfacer las ansias de control de una militante perredista, explica mucho de lo que padecemos quienes habitamos la Ciudad de México. Si el señor Miguel Ángel Mancera pretende continuar con su aspiración presidencial, más le valdría sacudirse este tipo de ejemplares que solamente sirven para medrar desde los cargos públicos pensando que la justicia es para satisfacer a la gente poderosa, como María Eugenia Pérez Tapia. Seguiré abordando el tema.

Al tiempo.

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