La basura, en su lugar

 

México sigue atorado en el mal manejo de desperdicios


En algún momento de la evolución, nuestros antepasados sintieron desagrado por sus propios desperdicios y buscaron la manera de deshacerse de ellos. Con los siglos, el impulso se hizo necesidad.

Y de los satisfactores primarios a las sociedades de consumo, el incremento en volumen y tipo de desechos ha acentuado problemas económicos, ecológicos y culturales. Algunas de las ciento noventa y tantas naciones del planeta han logrado ganar terreno y dar un destino “civilizado” a su basura.

Pero México sigue atorado en el mal manejo de desperdicios. Hasta hace unos días, la capital del país era, por mucho, ejemplo de que lo “indeseable” se manda a casas de vecinos. No era gratuito. Cobraban al día 3.5 millones de pesos -casi 13 mdp al mes por tirar dos terceras partes de la basura- Pero Morelos y Edomex cerraron la puerta. Con la Norma 024, de separación de residuos y que entró en vigor el sábado, la Sedema intenta, primero, crear conciencia entre los capitalinos y fomentar la selección de desechos que pasa de 2 categorías, como se estableció hace 13 años, a 4. Es decir desechos orgánicos, inorgánicos reciclables, no reciclables y de manejo especial o voluminoso. Se generará más composta y además, con la construcción de la planta de termovalorización, energía eléctrica para el metro. Es un esfuerzo probado en aquellas naciones que subieron de piso. Pero, como el león no es como lo pitan, la estrategia fue integral: generaron conciencia estableciendo también sanciones económicas y hasta judiciales contra quienes incumplen la norma. Una política pública eficiente que sumó coerción a la convicción, y que no vendría mal a un país inundado por un no menos peligroso y agresivo contaminante: corrupción, que se alimenta, también de esta no cultura en el manejo de la basura.

 @MarioALeon