La comedia nacional

 

Es el mal uso y el mal manejo de los recursos etiquetados


Ahora que está tan de moda la catástrofe en la que hemos convertido la administración del país al fracturar el gobierno de los estados, convendría recordar que desde hace muchos años el Estado ha jugado a la ruleta rusa con el dinero del presupuesto de egresos.

Y es que, uno de los grandes temas que hemos observado en las acusaciones de los gobernadores prófugos o a punto de ser enjuiciados, es el mal uso y el mal manejo de los recursos etiquetados.  En su mayoría las participaciones federativas que bajamos a los estados están etiquetadas.

 Y en esa etiqueta, en ese centralismo burocrático, financiero y económico con el que se gobierna a México hay tres capítulos donde se producen los grandes movimientos, y cuando están mal administrados o dedicados a la corrupción se puede encontrar la mina de oro para sangrar al país y a los estados que gobierna.

Esos tres capítulos son la educación, la seguridad y la salud. Los tres son dinero etiquetado que es enviado a los estados.

 Ahora como en otras ocasiones la Auditoría Superior de la Federación señala que no es sólo que exista una corrupción rampante, permanente y denunciada, sino que hay una serie de desvíos que nadie toma en serio y que nadie quiere controlar, mismos que se originan por la facilidad de llevarlos a cabo.

Hay que empezar a perseguir a los corruptos, pero también es necesario crear un sistema que sea viable y confiable para vigilar la forma en la que se gasta el dinero de todos nosotros.

No tiene sentido en pleno siglo XXI la estructura que tenemos ni de ingresos, ni de reparto de las participaciones federativas. Y tampoco tiene sentido que en un mundo tan globalizado adquiera más peso la fuerza local.

Por lo tanto, sería conveniente crear un sistema de vigilancia que asuma que la política moderna también se encarga del presupuesto y que los gobernantes deben tener cierta flexibilidad para usarlo, mas no para robarlo.

 Entre todo esto se ha abierto un gran debate en el país, aunque esté siendo polarizado por el resto de nuestros problemas. Pero tarde o temprano nos va a terminar asaltando a todos, ya que el pacto federal está siendo cuestionado y por la vía de hechos.

Porque, por una parte, tenemos una administración traidora de los que usan sus puestos para robar de manera impune con cargo a los presupuestos tanto federales como estatales y municipales.

Y por otra, el Estado tiene que redefinir un sistema de controles y contrapesos, pero también un sistema realista del ejercicio de la política en relación al manejo del presupuesto.

 Pero ahora en éste como en otros temas en nuestro país, la ficción y la comedia han terminado por convertirse en una verdadera tragedia.