La conspiración

 

No existe la menor duda de que Hillary Clinton resultará electa Presidente de los Estados Unidos de América


Si de algo no existe la menor duda es que Hillary Clinton resultará electa Presidente de los Estados Unidos de América. La ventaja que le otorgan las mediciones se ha tornado inalcanzable para el señor Trump, pero también hay que aceptar que el mayor logro del sujeto del copete es el impacto que ha generado para reposicionar al Partido Republicano, por lo que su figura dará mucho de qué hablar en los siguientes años y será aprovechada por el establishment partidista para administrar la crisis poselectoral y emerger con mayor fuerza en el corto plazo.

Para decirlo de otra forma, Trump será el encargado de restablecer el proyecto del partido para volverlo competitivo en cuatro años más. Pero eso no significa que los demócratas se vayan a quedar quietos, porque lo principal en estos momentos es el cambio de paradigmas en el hemisferio, y con ello una rectificación en el perfil ideológico de los gobernantes, que con excepción de José Mújica, han destrozado las economías y polarizado a los pueblos.

El populismo demagógico encabezado por el “Chavismo” venezolano tenderá necesariamente a la desaparición, y quizá el único gobierno de ese tipo que se mantenga sea el nicaragüense por la virtud de haberse aislado de la torpeza de profundizar la pobreza para mantener el poder. Daniel Ortega es un caso excepcional ya que representa un gobierno totalitario, que a la vez cuenta con una economía solvente que genera oportunidades a los sectores desfavorecidos de la población. El apoyo que sigue recibiendo de los nicaragüenses, y guardadas las proporciones, es es el mayor de toda América Latina.

El problema para los mexicanos es que la señora Clinton no tiene la intención de fortalecer los nexos con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, por el contrario, hará lo que tenga que hacer para que el tricolor pierda. La sentencia ha sido dictada y el futuro se avizora bastante álgido para el PRI porque como van las cosas no podrá mantener la Presidencia de la República, y de no ser con los ecologistas, no hay forma de que pueda construir una alianza como para evitar que Andrés Manuel López Obrador se alce con el triunfo.

Hace cuatro años que los tricolores abandonaron el perfil ideológico que mantuvieron desde su formación, para trasladarse a la extrema derecha. Hasta ahí los ha llevado Enrique Peña Nieto. Desde luego que eso le permitirá una alianza con los blanquiazules, pero sus principales liderazgos pueden tener la seguridad de que no encabezarán esa alianza porque Estados Unidos no lo permitirá, o para decirlo mejor, Hilary Clinton.

Otra mala noticia más para los tricolores: la futura presidente Estados Unidos quiere que una alianza de este tipo sea encabezada por el Partido Acción Nacional, y particularmente por Margarita Zavala. En ese sentido se están alineando los principales políticos de la corriente calderonista que en los últimos días le han marcado el alto al joven dirigente Ricardo Anaya, quien tendrá que apechugar y esperar mejores tiempos antes de pensar otra vez en alcanzar la Presidencia de la República. No le quedará otra que comenzar a voltear los ojos hacia Querétaro. Al tiempo.