Pedradas presidenciales

 

El Presidente de la República seguirá en esa tónica que ha deteriorado considerablemente su prestigio


Otro desliz verbal del Presidente de la República pone nuevamente en el debate el tema de la corrupción en el país. Pero ahora nos incluye a todos de la forma más simplista, y esto ha ocasionado una nueva andanada de críticas en todos los sectores poblacionales y en todas las latitudes del país. No sale de una cuando entra en otra, y todo es a causa de que aquellos que trabajan en la elaboración de sus discursos en la Residencia Oficial de Los Pinos también han perdido contacto con la realidad y pareciera que la fantasía es ahora parte del debate en el país.

Lo peor de todo es que el dislate ocurrió durante la Inauguración de Semana Nacional de Transparencia 2016, Información Pública para Combatirla Desigualdad, donde resaltó que “ahora son más áreas de la sociedad las que están abiertas al escrutinio ya que no sólo en el sector público hay prácticas de corrupción sino también en el ámbito privado”. Textualmente espetó: “no hay alguien que pueda atreverse a arrojar la primera piedra. Todos han sido parte de un modelo que hoy estamos desterrando y queriendo cambiar”.

Esto quiere decir que de la forma más simple el titular del Ejecutivo llamó corruptos a todos los mexicanos, de todas las latitudes y de todos los estratos sociales. No sé si los deciles más bajos de la población, esos que nunca tienen dinero, esos que poco tienen para comer, esos cuya pobreza raya en la mendicidad, esos a los que hemos olvidado desde hace muchos años, esos a los que seguimos negando y a quienes muchos prefieren esconder para borrarlos de las estadísticas, también sean corruptos.

De acuerdo a los principales índices de medición acerca del fenómeno de la corrupción que existen en el país, por cierto mediciones realizadas por organismos no gubernamentales, participan en ella por la naturaleza del acto, quienes tienen la posibilidad económica de hacerlo, y ahí no se puede incluir a los pobres. No sé si la generalización haya sido producto de un discurso mal hecho o mal redactado, o simplemente una cita improvisada del Primer Mandatario, pero en cualquiera de los dos casos es otro garrafal error que sigue deteriorando su imagen en la percepción popular.

Algún día José López Portillo señaló que “la corrupción somos todos”, y es una frase que quedo en la historia del anecdotario político, por lo que la cita del Presidente Peña pudiera correr en el mismo sentido. Pero también no faltará quien haga un análisis del dicho presidencial concluyendo que es una declaración de “mea culpa” en la que asume su participación en los actos de corrupción por los que ha sido acusado. Para decirlo más claramente, de no cambiar a los responsables de sus discursos, que ya han sido rebasados por los errores de apreciación, el Presidente de la República seguirá en esa tónica que ha deteriorado considerablemente su prestigio y que cambió drásticamente la percepción del estadista al improvisado. Al tiempo.

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