Nuestra tragedia

 

“Más vale malo conocido que bueno por conocer”


Arne Sidney aus den Ruthen Haag, principal enemigo de la libertad de expresión

Muchas tragedias ocurren todos los días en este México tan injusto. Y hay que decirlo claro, para los mexicanos, quienes tienen la culpa de nuestras desgracias son aquellos que nos gobiernan. Es más, ya perdimos la capacidad de diferenciar porque todos se parecen aunque provengan de distintos partidos. Todos son ineficientes y todos roban. Esa es la percepción de la mayoría de los ciudadanos y resultará muy difícil cambiarla.

Pero también hay que señalar que pese a la mala fama de muchos de nuestros políticos, seguimos haciéndolos triunfadores porque los votamos. Resulta trágico que después de todo lo que sabemos de Víctor Hugo Romo, Jesús Valencia, Mauricio Toledo, Víctor Hugo Lobo, y otros más que pululan en el escenario capitalino, la gente los siga votando quizá por aquello que dice: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.

O que los adversarios del los tricolores aprovechen un desafortunado suceso como el de la “Casa Blanca” para provocar el descrédito gubernamental y olviden pronto que Vicente Fox nunca dio cuenta de los más de doscientos sesenta mil millones de dólares de excedentes petroleros, o que Felipe Calderón haya permitido que Genaro García Luna se enriqueciera de forma grosera con el pretexto de la modernización policial que nunca logró.

Ni que decir de los tres ejemplares tricolores que destrozaron las arcas públicas de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, y que al parecer, como siempre ocurre, disfrutarán de su riqueza por esa impunidad que se brindan los mismos políticos aunque sean de partidos distintos, porque hasta ahora nadie ha levantado un dedo para solicitar la integración de un grupo de legisladores que investigue lo que tanto han publicitado los medios de comunicación. ¿O acaso será porque también están bañados de lo mismo?

Este tipo de eventos son los que verdaderamente resultan trágicos, independientemente de las reacciones de los pobladores en lugares como San Juan Chamula. Pero también hay que decir que ha sido la mejor muestra de lo que hace un pueblo enardecido, y eso puede generar otros eventos similares. En México 64 millones de personas son pobres en ingreso.

El 59 por ciento de los menores de 18 años están en pobreza y destinados a ser pobres, y los adultos mayores, es decir el 10 por ciento de la población, están en la misma circunstancia. Por donde se le quiera ver, México tiene más tragedias que buenas noticias, lo que también indica que no tenemos bases para un futuro sostenible con acceso a la salud y pensiones justas.

Al tiempo.

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