La crisis del caudillo

 

Nuestro país ya no necesita construir aspirantes a Presidente, sino constructores de proyectos nacionales


México es un país de tlatoanis, de caudillos, de líderes y de todo eso que desde el siglo XX se ha materializado en el Presidente, la banda y la silla del águila.

México busca un líder y tiene tareas que eran inaplazables, por ejemplo, sus reformas estructurales.

Sin embargo, en estos tiempos de convulsión en los que vivimos a nivel mundial, muchas veces se nos olvida que los seres humanos siempre actuamos por reflejos condicionados y que al parecer eso no sólo ocurría con los perros de Pavlov. En ese sentido, la figura ejemplar, la incomunicación del liderazgo y la soledad del tlatoani, es una parte fundamental del contrato social que significa seguir a alguien para conseguir algo.

A México ya no le caben más páginas para la vulgaridad de lo que representa observar a unos mediocres que sobre los despojos de la crisis nacional intentan ser el más malo, el más abusivo o el zopilote más rápido que busca llevarse la mejor parte del cadáver.

Nuestro país ya no necesita construir aspirantes a Presidente, sino constructores de proyectos nacionales que tengan credibilidad y en los que podamos confiar.

México debe recuperar en las alturas lo que tiene en las calles y eso es generosidad, grandeza y capacidad de sacrificio, virtudes que por alguna extraña razón o maldición divina parece que se pierden en cuanto se abandonan las calles y se sube al primer piso del poder, porque justo ahí la dirigencia se nos echa a perder.

Necesitamos constituir un proyecto, nadie habla de cómo estará México en el año 2020.

Y es que, los pueblos necesitamos tener proyectos, planes y fases.

Y actualmente no hay un proyecto de nación, se desconocen los planes de todos los que quieren ocupar Los Pinos y desde luego no hay una propuesta de fases. ¿Dónde está el equilibrio entre nuestros viejos y nuestros jóvenes?

¿Quién tiene algo que decir sobre aquellos que defenderán las pensiones, garantizarán mejores escuelas y mantendrán las condiciones de producción necesarias para que todo nos lo ganemos con nuestro propio esfuerzo sin que nadie nos lo arrebate por la vía de la corrupción?

¿A quién se le ha ocurrido sustituir el asistencialismo por una mejor educación que le enseñe a los ciudadanos a ser productivos y a profesionalizarse, para que en lugar de formarse para recibir una despensa estén en condiciones de adquirir una propia?

¿Cuándo empezará el siglo XXI en nuestro país?

¿Quién es el hombre o la mujer que impulsará un cambio durante este siglo? ¿Cuál es su proyecto? ¿Cuáles son sus planes? ¿Cuáles son las fases que nos proponen?

Porque ahora en México, se busca un líder.