La decisión de los mexicanos

 

México ha cambiado cada vez que así lo requiere la mayoría de sus integrantes, y esta vez no ha sido la excepción.


Sin lugar a dudas los mexicanos hemos venido perfeccionando ese sistema político que nos hemos construido y reconstruido después del movimiento social más importante del siglo XX para normar nuestros procesos democráticos. Hasta ahora las reformas constitucionales en materia electoral se han venido perfeccionando con el concurso de los propios ciudadanos, y aun cuando hay que reconocer que las leyes por lo regular no satisfacen a todos, hasta ahora nuestro sistema democrático nos ha permitido transitar de forma pacífica a la alternancia .

Mucho se ha dicho, escrito y reseñado, acerca de la dictadura perfecta encabezada por el Partido Revolucionario Institucional durante muchos años, pero también sus principales líderes e ideólogos entendieron el cambio de los tiempos e impulsaron reformas que permitieron emerger a las voces disidentes y conformar grupos que al final lograron establecerse institucionalmente como fuerzas políticas. Esa riqueza de la participación popular es lo que ha consolidado nuestra democracia.

Ahora los mexicanos estamos frente a un nuevo reto, porque si bien antes manteníamos el recelo hacia el partido hegemónico, que todo lo decidía y que encabezaba la ruta del país, ahora las distintas expresiones guardan concepciones divergentes acerca del fenómeno político, administrativo y gubernamental. Pero eso es parte de la riqueza democrática de este país, y han sido los hombres y mujeres de todas las condiciones sociales quienes han empujado a sus liderazgos para transitar hacia el perfeccionamiento de nuestras leyes electorales.

Ayer salimos a reafirmar nuestra convicción de que los mexicanos podemos transitar en paz hacia esos cambios profundos que requerimos para adecuar nuestras instituciones al paso de los tiempos y de las necesidades mayoritarias. Después de esta intensa jornada electoral el México de ayer ya no será el mismo, porque las necesidades de los mexicanos de ahora son distintas a las necesidades del ayer, y quienes nos han permitido elegir a quien ahora formará gobierno son esaEEEEs instituciones que por fortuna no aceptamos que se mandaran al diablo.

México ha cambiado cada vez que así lo requiere la mayoría de sus integrantes, y esta vez no ha sido la excepción. Pese a los agoreros del desastre, nuestras instituciones siguen vigentes y cada vez más firmes, aunque tenemos que eficientarlas para que sigan incrementando su efectividad. México ha mostrado y demostrado que puede cambiar transitando en paz, y esa circunstancia es la que tenemos obligación de preservar, porque es la única condición para mantener nuestro proyecto de país.

Andrés Manuel López Obrador tendrá que entender que pese a su abrumadora mayoría México no tiene más dueños que esos mexicanos que decidieron que fuera él quien encabece los esfuerzos de construir un mejor país. Ahora tendrá una valiosa oportunidad de hacer lo que tanto ha señalado en el discurso vertido en los últimos años, y eso quiere decir que los mexicanos estaremos pendientes de cada una de sus decisiones para avalarlas o rechazarlas cuando quienes lo acompañen en su gobierno cometan excesos. Bienvenida la decisión democrática de los mexicanos.

Al tiempo.