La elección de las madres

 

Las mujeres siguen ausentes en la campaña electoral


Una de las cosas por las que más me gusta México es por el lugar que le damos a las mujeres que tienen el encargo –nada sencillo– de crear y mantener la vida. Y es que, en nuestro país partimos la madre, mentamos la madre y rompemos la madre, mientras que el padre siempre es una figura necesaria, pero accesoria.

En síntesis, la madre lo es todo y si la madre lo es todo, quiere decir que ellas, las creadoras de la vida, las mujeres – independientemente de que decidan ser madres o no– sencillamente lo son todo.

Sin embargo, no me explico por qué en esta elección, mientras el mundo está en ebullición con campañas como #MeToo, y mientras que algunas actrices mexicanas –como Karla Souza– denuncian el agravante que existe desde María Magdalena hasta nuestros días; las mujeres siguen ausentes en la campaña electoral.

Por más que escucho y observo las plataformas electorales de las diferentes campañas, las mujeres siguen siendo el florero y el objeto decorativo en el sentido de los temas que son fundamentales para su desarrollo, seguridad, bienestar y crecimiento en nuestro país.

Y es que nadie ha propuesto hasta el momento una política de Estado ya no enérgica, que en muchos casos lo ameritaría, sino simplemente eficaz, determinante y solidaria con nuestras hijas, hermanas, primas, madres, tías, abuelas, novias y esposas, con el fin de evitar que asesinarlas siga saliendo tan barato o, en el peor de los casos, hasta gratis.

En ese sentido, el gran problema es que aquí en México no sólo las ofendemos, las abusamos y las engañamos, sino que además las matamos.

El feminicidio sigue siendo uno de los lastres más dolorosos y vergonzosos de nuestro país. Y estas elecciones deberían ser una gran oportunidad, no para vengarse, pero sí para pensar en nuestras madres, en nuestras hijas y en todas nuestras mujeres, con el fin de evitar que los asesinatos de todas ellas sigan siendo parte de la vida cotidiana y un crimen envuelto en impunidad.

¿En qué estarán pensando los candidatos, los partidos políticos, los creadores de las plataformas electorales y todos los ciudadanos? ¿Por qué siguen considerando que todo es por nuestras madres, por nuestras mujeres y, sin embargo, matarlas sigue siendo una cuestión que no le importa a nadie?