La fiesta de la democracia

 

Pedro Sánchez obtuvo la victoria para cargo de secretario general del PSOE


Las elecciones primarias realizadas el domingo pasado en España, donde Pedro Sánchez obtuvo la victoria para el cargo de secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no sólo fue un éxito desde el punto de vista formal de una consulta democrática, sino que una vez más se evidenció la crisis de las democracias modernas y todos sus problemas.

Encabezando las elecciones estaba por un lado la candidata Susana Díaz, presidenta de Andalucía, la comunidad con más población en España donde viven más de 8 millones de personas, con un presupuesto que ha administrado el PSOE por casi 40 años.

Y por el otro estaba Pedro Sánchez, el hombre que ya había ostentado el cargo de secretario general del PSOE pero que terminó dimitiendo en medio de un momento en el que se convirtió en un objetivo de estabilidad nacional sacarlo para que el PSOE se abstuviera y Mariano Rajoy pudiera formar Gobierno sin tener que llegar a las terceras elecciones consecutivas celebradas en menos de año y medio.

La política no se puede hacer sin ilusión, y ahora uno de los graves problemas que tiene la Unión Europea y su posible reconfiguración y readaptación para el siglo XXI es que la gobierna Alemania y Jean-Claude Juncker en una atmósfera donde la promesa sólo es sangre, sudor y lágrimas, y donde la ilusión no cabe.

En gran parte del mundo la política y los partidos tradicionales están en crisis. En ese sentido, no se puede seguir ocultando que ni Trump, ni Macron y tampoco Sánchez son fenómenos aislados, porque son la muestra del fracaso colectivo de los grandes partidos. Sólo que ahora, como en este caso, no se busca la destrucción del partido, sino su ocupación para tratar de devolver la ilusión.

Ahora, todos los que apostaron contra Sánchez, han perdido. Y además no sólo hay una victoria formalmente democrática de los militantes del PSOE, sino que viene en cadena una serie de acciones que sin duda alguna van a modificar la estabilidad política española.

En política nunca se sabe qué es peor, si la resignación en la mediocridad o la fuerza galvanizadora del sueño.

Pero en cualquier caso el proceso en el que ahora ha entrado el PSOE y por lo tanto el gobierno de España es inédito, porque Pedro Sánchez va a tener dos opciones.

Apostar por la destitución del gobierno de Mariano Rajoy desencadenando la necesidad de celebrar otras elecciones de un futuro incierto para todos, pero principalmente para los opositores de Rajoy.

O bien, tratar de ser una oposición más desgastante y ganar con el tiempo lo que si en este momento se atreve a pasar por las urnas seguramente perderá.

@antonio_navalon