La forma del agua

Veo a Del Toro sintiendo y atacando a los monstruos de carne y hueso
Antonio Navalón Publicado el
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Un país de creadores, un país de triunfadores, un país de culturas y de tradiciones, un país de creación artística inigualable, ese país es México, un país entregado que da todo y lo hace para bien.

Y así como también sucede en otros países, no sólo en el nuestro, “nadie es profeta en su propia tierra”, por eso el mundo sueña, reconoce, admira y se asombra frente a la creatividad de algunos artistas mexicanos.

En lo que corresponde al séptimo arte a México le ha ido muy bien, más que bien.

Y en ese sentido, no es que con las 13 nominaciones al Oscar del productor y director jalisciense Guillermo del Toro, por su película “The Shape of Water” (La forma del agua), el país tenga menos problemas y sea más justo; sino que considero que es una excelente oportunidad para que México se mire en el espejo de todo lo que esa película ha traído consigo –que si bien no se realizó en nuestro territorio, sí fue creada por un mexicano– y logre sentir orgullo.

Estamos en un momento en el que, así como le pasa a Elisa, la protagonista muda a la que el efecto del amor por el monstruo marino le hace hablar y hasta cantar, nosotros los mexicanos que muchas veces no sólo hemos sido mudos, sino también sordos y hasta ciegos frente a nuestra situación de pobreza, desigualdad, violencia y sufrimiento, tenemos una coyuntura en la que aún es posible salir, solucionar los problemas y estar mucho mejor.

Sin duda alguna deseo que Guillermo del Toro gane. Sin duda alguna me sentiría muy orgulloso que después de Cuarón y González Iñárritu, siguiendo la tradición de que nada ni nadie puede doblegar el espíritu creativo de este pueblo, todos ellos fueran realmente reconocidos y valorados en nuestro país.

Pero de momento me basta con todo lo que ha conseguido hasta aquí. Y me basta con el hecho de que, pese a que tuvo que desarrollar su carrera en un exilio forzado por la inseguridad que tanto lastima a México, aprovecha todas las ocasiones que le son posibles para manifestar mediante sus declaraciones un gran sentido de pertenencia y un enorme orgullo por ser mexicano.

Y es que, veo a Del Toro sintiendo, observando y atacando a los monstruos de carne y hueso que atenazan a nuestro pueblo y que desafortunadamente no se acaban cuando llega el fin de sus películas.

Pero también veo que a pesar de todo, los mexicanos aún guardamos la fuerza de la ilusión para acabar con los monstruos que tanto nos amenazan.

@antonio_navalon

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