Me parece que en este país ha llegado la hora de las definiciones, y eso quiere decir que los mexicanos comencemos a tener la certeza de que las cosas marcharán bien cuando decidamos quién o quiénes se colocarán al frente del Gobierno Federal, y quiénes en las gubernaturas que también estarán en juego en los siguientes meses. Y no es que haya que temerle al futuro o a los proyectos de quienes hasta ahora han manifestado que participarán como candidatos en la elección presidencial de 2018.
Si de algo podemos tener seguridad es que Andrés Manuel López Obrador estará en las boletas, pero eso no quiere decir que se alzará con el triunfo porque faltan muchas cosas que ocurrirán en los siguientes meses y voluntades que conformar y confrontar en las posibles alianzas que habrán de negociarse. Nada está seguro, por mucho que el tabasqueño lleve la ventaja y hable abiertamente de su candidatura presidencial con la complacencia de quienes integran el Consejo General del Instituto Nacional Electoral.
Muchas habrán de permitir a los mexicanos visualizar cuál es el proyecto de país que los partidos políticos y sus candidatos pondrán a su disposición, para tomar una de las decisiones más importantes de las últimas décadas. La elección en Francia dio muestras de que los radicalismos no son bienvenidos en estos momentos, pero ni México tiene la cultura política de los franceses ni los candidatos actuales la estatura de Emmanuel Macron.
Si de algo podemos estar seguros los mexicanos es que ha llegado la hora de las definiciones. Del señor López Obrador no podemos esperar nada nuevo porque seguirá con su gastado discurso de que él no es corrupto y no va a negociar con las mafias del poder. Aunque también hay que señalar que se ha rodeado de corruptos que van en busca de los fondos para seguir manteniendo los cuantiosos gastos de su permanente campaña.
Aquellos que se dicen enojados por lo que no se ha hecho son insuficientes para conformar un bloque ganador. Son más los temerosos y tampoco podrán hacer ganar a quien resulte su candidato. Pero hay algo que seguramente ocurrirá en las siguientes semanas que resultara definitorio para evitar que el tabasqueño se alce con el triunfo en 2018. Después de observar lo que ocurre en el Cono Sur existen muchos motivos para tomar determinaciones.
Las ideologías harán una pausa y se conjuntarán para la estructuración de una alianza que detenga el camino del señor López Obrador y su propuesta de populismo rampante. No es lo mismo tener la certeza de un proyecto viable, alcanzable y medible, que una propuesta que le apuesta solamente a la voluntad unipersonal del líder. México no se parece a Venezuela, ni a Ecuador o a Bolivia. La educación de su gente es muy superior a la de aquellos que ahora padecen hambre. Al tiempo.
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