La hora de las explicaciones

López Obrador debiera entender que no se puede andar haciendo política con el odio por delante
Vladimir Galeana Publicado el
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Pareciera que el señor Andrés Manuel López Obrador ha entrado en una de las peores fases de su campaña, y en la que tendrá que dar explicaciones acerca de su comportamiento y el de sus principales colaboradores. Lo primero que hizo fue dar una entrevista a un periódico de circulación nacional para marcar posicionamiento en torno a sus agresivas citas lanzadas a quienes identifica como sus adversarios, y entre los cuales se incluyen aquellos periodistas que han criticado su empecinamiento por mentir.

Ni que decir de aquellas críticas por su forma de lavar las culpas de los demás cuando deciden sumarse a su proyecto, cuando muchos de ellos debieran estar en la cárcel por la serie de saqueos que han organizado en los lugares donde trabajaron. Pero así es y ha sido siempre el “prócer” de las izquierdas, el hombre que más ha dispuesto del dinero público que aportamos los mexicanos para el sostenimiento del aparato burocrático del Estado mexicano y los programas gubernamentales que se aplican por los tres órdenes de Gobierno.

Para decirlo de otra forma, no hay más verdad que la que dice don Andrés Manuel López Obrador, y él piensa que eso le otorga la estatura suficiente para fustigar no tan solo a sus adversarios políticos, sino a cualquier mexicano que no comulgue con sus ideas o quienes por su encargo no pueden controvertirlo como ha sido el caso de la Marina Armada de México y el Ejército Mexicano, a cuyos titulares se ha referido con sus excesos verbales de forma irrespetuosa.

Lo que debiera entender el tabasqueño es que no puede ir por la vida denostando a las instituciones y a quienes las encabezan solamente porque conviene a sus fines políticos. Entiendo que poco le importa sembrar el camino de adversarios y hasta de enemigos, pero eso le costará bastante caro en la siguiente elección porque en este país más de la mitad de los mexicanos votarán por las otras opciones.

Pero hay otra circunstancia, y es que en los siguientes meses esos adversarios a los que tanto fustiga, acusa y denuesta, podrían alcanzar acuerdos para evitar su llegada al ejercicio del Poder Ejecutivo. Aunque el Movimiento de Regeneración Nacional llegara a tener una fuerza considerable en el Congreso mexicano, no tendría capacidad de maniobra para alcanzar acuerdos y mucho menos para imponer criterios, por lo que no les quedaría otro camino que volverse un estridente grupo minoritario como ha sido la fracción parlamentaria en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

El señor Andrés Manuel López Obrador debiera entender que no se puede andar haciendo política con el odio por delante, porque en el probable caso de que obtuviera la victoria en la elección presidencial, no alcanzaría acuerdos en el Congreso para sumar mayoría y legislar desde Palacio Nacional.

Hay quienes definen a la política como el arte de las relaciones humanas, y por ahora el líder del Movimiento de Regeneración Nacional lo que mejor ha hecho es sembrar los diversos caminos de los mexicanos con el odio que siente para quienes no se colocan de su lado. Muchos siguen pensando que tenemos un probable dictador en ciernes. Al tiempo.

vladimir.galeana@gmail.com

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