La mascarada de Javier Corral

 

Javier Corral Jurado ha decidido refugiarse en el grito y el reclamo


Pareciera que el gobernador de Chihuahua salió muy hábil para dedicarse a todo menos a servir a los chihuahuenses.

No sé si Javier Corral se haya enterado de las condiciones tan precarias en que vive la mayor parte de las etnias del estado, particularmente los rarámuris o tarahumaras, que padecen uno de los inviernos más crudos de la historia reciente. Hasta ahora, don Javier ni siquiera se ha enterado que viven en su estado, porque ni los ve ni los oye, o es que quizá poco le importan.

El gobernador de Chihuahua está más ocupado por saciar sus odios personales y cobrar agravios causados por los miembros del PRI. Pero también hay que señalar que hasta ahora no ha demostrado que el Gobierno Federal esté obligado a entregarle el dinero que reclama como un acto de justicia, aunque él siga cometiendo actos de injusticia contra sus propios gobernados quienes viven no tan solo en el terror en que los mantiene el crimen organizado, porque no hay orden por ningún lado, y encima existe un brutal abandono de pobres.

La caravana que se ocurrió realizar es una forma de justificar su ineficiencia como gobernante, porque no es lo mismo vociferar que resolver problemas de pobreza e inseguridad en la mayor parte de las latitudes del estado grande. Los chihuahuenses son mexicanos con una tremenda nobleza, pero en esta ocasión creo que eligieron mal obligados por la circunstancia en que los dejó el ladrón de César Duarte. Martirizarse y orquestar una presunta caravana para pedir justicia no es más que un recurso para esconder sus deficiencias como gobernante.

No es lo mismo amenazar que gobernar, y el señor Javier Corral Jurado ha decidido refugiarse en el grito y el reclamo porque la ineficiencia es parte de su personalidad. El odio contra todo lo que se mueve sin que lo pueda controlar es parte de esa distorsionada personalidad que ha demostrado a lo largo de su carrera política. La amargura y mendicidad como ser humano lo ha llevado a acumular una serie de odios de los que no ha podido deshacerse.

De acuerdo con los especialistas Javier Corral presenta un problema de índole psicológico que entra en el terreno de los sociopatas o psicopatías, que no son otra cosa más que individuos sin conciencia ni sentimiento alguno hacia los demás, y para quien las reglas sociales no tienen ningún significado.

Así como usted lo lee, y lo dicen los estudiosos de la psique.

Lo que motiva a este tipo de individuos es el control y la dominación, y tienden a operar con una grandiosa conducta, una actitud pretenciosa, y una tendencia al sadismo. Son mentirosos, encantadores y atractivos para manipular a los demás. Así de simple lo que los expertos señalan del señor Corral, a quien poco le importan los chihuahuenses con tal de satisfacer sus ansias de venganza. Al tiempo.