La otra aristocracia

 

La política en Mexico está cambiando, y lo está haciendo mal


El viejo anhelo de ser superior que los demás se ha hecho presente en las etapas del devenir humano, sobre todo cuando de imponer, ordenar y obedecer se trata. Y no es difícil encontrar un modelo que encaje en esta descripción porque ha estado ahí siempre, y más cuando la vocación de explotación y de marcar distancias entre unos y otros se trata. De ello surge la generación de linajes que determinaron el origen divino de los poderosos, pasando por las etapas de sojuzgamiento de los pueblos, y el vasallaje de amplios terrenos para los descendientes de los primeros conquistadores.

Los modelos actuales de hacer política están regresando a los viejos estándares del vasallaje, y eso indica que no se han generado liderazgos que renueven el escenario social y alimenten con elementos distintos el quehacer gubernamental, que con sus diferencias en tiempo, lugar y circunstancia, hemos ensayado en el devenir del fenómeno político, social y humano. Vasallaje, obediencia, tributo y gobierno han sido la parte fundamental del deterioro social y político que ahora presentamos.

El problema es que ante la posibilidad de entregar el poder democráticamente a quien el pueblo haya elegido, de lo que se trata es de anticiparse y entregarle a ese pueblo opciones que convengan a los intereses del o los grupos dominantes, para asegurar la pervivencia de una nueva casta de hombres y mujeres que seguirán siendo los rectores del camino de millones de mexicanos. Y lo peor de todo es que lo estamos permitiendo.

Rafael Moreno Valle fue gobernador de Puebla, y durante su mandato realizó importantes obras de infraestructura carretera para conectar todas las regiones, otorgándoles la oportunidad de emerger económicamente y situarse turísticamente no sólo en el contexto local, sino nacional e internacional. La deuda contraída la pagarán los poblanos en los siguientes 40 años. Ante la imposibilidad de alcanzar la candidatura presidencial, negoció con su partido, que postularan a su esposa, Martha Ericka Alonso, como candidata a gobernadora, lo que habla de la formación y conformación de una nueva “casta divina”.

El mismo escenario se presentará en Morelos, donde el hijastro de Graco Ramírez Garrido Abreu será el candidato a la gubernatura. Rodrigo Gayosso Cepeda es un joven que se ha encargado de sembrar y operar las nuevas células del perredismo y llevarlas a maximizar su presencia en la mayor parte del territorio morelense, y cuenta con el aval de la dirigencia nacional porque los dueños del partido, decidieron mercantilizar la marca y ahora se vende al mejor postor.

La política en Mexico está cambiando, y lo está haciendo mal porque los únicos que ganan son los de siempre, dejando fuera a quienes siguen pensando que el mejor camino de los pueblos es la democracia. Por lo pronto, de no haber un resquicio legal que evite la postulación del presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, por el Partido Social Demócrata, las cosas no se ven fáciles para Rodrigo Gayosso Cepeda. Ahí viene la nueva aristocracia.

Al tiempo.