La resistencia en Washington contra la ola antimexicana

Una treintena de legisladores federales de Estados Unidos, muchos de ellos de origen hispano, presentaron una moción para que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, acuda a Washington a dirigir un discurso ante una sesión conjunta del Congreso, en un acto que buscaría refrendar los lazos de amistad existentes entre ambas naciones. No sería la primera ocasión en la historia reciente en la que, al margen de lo que haga o deje de hacer o de lo que diga o deje de decir el presidente de Estados Unidos, el Congreso incurriera en un acto que podríamos calificar de diplomacia parlamentaria. En marzo de 2015, en franca oposición al presidente Barack Obama, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dio un discurso ante una sesión conjunta del Congreso estadounidense tras ser invitado por la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, dirigida entonces por el conservador John Boehner.

En aquella ocasión, el primer ministro Netanyahu no se reunió con el presidente Barack Obama quien, desde luego, no estuvo presente en el Capitolio en la sesión solemne en la que el jefe de Gobierno israelí se dirigió al pleno del Poder Legislativo de Estados Unidos de América. Un esquema similar es el que estarían proponiendo los legisladores de origen hispano, es decir, que el presidente Peña acuda a Washington a dar un discurso ante el Congreso sin –necesariamente– reunirse con su homólogo Donald Trump. Sin embargo, lo más probable es que esta iniciativa no prospere en virtud de que a diferencia de lo que ocurrió en el caso de Benjamín Netanyahu y su visita a la capital estadounidense, actualmente son los republicanos, es decir, los del partido del presidente, y no los demócratas los que ostentan la mayoría en la Cámara de Representantes y su líder, Paul Ryan, no parece estar dispuesto a hacerle semejante desaire al presidente Donald Trump