La salida de Jeff Sessions y la investigación del Russiagate

 

A pesar de que en los últimos tiempos se ha buscado impulsar la creación en México de una Fiscalía General de la República que goce de autonomía respecto al poder ejecutivo, en nuestro país no estamos habituados a que la autoridad encargada de perseguir los delitos a nivel federal pueda actuar con independencia de los […]


A pesar de que en los últimos tiempos se ha buscado impulsar la creación en México de una Fiscalía General de la República que goce de autonomía respecto al poder ejecutivo, en nuestro país no estamos habituados a que la autoridad encargada de perseguir los delitos a nivel federal pueda actuar con independencia de los intereses de quien ocupe la presidencia de la república.

En Estados Unidos sí. En Estados Unidos, si bien es verdad que el scal general está subordinado al presidente, se entiende que al haber gozado el primero, de la ratificación del Senado para asumir el cargo, puede por lo tanto ejercerlo con independencia de la Casa Blanca e incluso de forma contraria a los intereses de la Casa Blanca.

Algo así pretendió Jeff Sessions o al menos algo así pretendió aparentar pretender al recusarse en marzo del 2017 de la investigación que el FBI realiza sobre la presunta intervención de Rusia en las elecciones presidenciales del 2016.

A Donald Trump eso no le gustó porque el presidente quería tener en el Departamento de Justicia a alguien que controlara la investigación y no a alguien que se recusara de la misma alegando que su intervención podría resultar parcial. Ahora que las elecciones de medio término han quedado en el pasado y Trump puede darse el lujo, o cree que puede darse el lujo de asumir un costo político importante, ha tomado la decisión de pedirle a Sessions que renuncie al cargo, lo que el ex senador por Alabama hizo no sin antes dejar en claro que si lo hacía era porque así se lo había solicitado el presidente.

Con la salida de Sessions, el presidente quiere aumentar su influencia en el Departamento de Justicia y por lo tanto en el FBI y por lo tanto en el fiscal especial Robert Mueller. Donald Trump no quiere que lo investiguen y si no quiere que lo investiguen es porque seguramente sabe que de una investigación seria, desapasionada, responsable y justa nada bueno resultaría para él.comicios convocados por Nicolás Maduro, el tirano del momento.