Ladra, juguetea y no muerde

 

En el espacioso Foro Lindbergh se dieron cita diversos proveedores de servicios


Viernes para las mascotas –en esta ocasión en su advocación perros–, entre las fuentes, estanques y cascadas del añejo parque México, ubicado en la colonia Hipódromo Condesa. En el espacioso Foro Lindbergh se dieron cita diversos proveedores de servicios para los gua-guás, especie animal que en otro tiempo llevó vida de perro, es decir, de carencia, maltrato, abandono, pese a que se le considera el mejor amigo del hombre.

Un mundo de ofertas concurre al foro durante el atardecer cálido, en un espacio ajeno al bullicio de la monstruópolis que alberga al parque México. Los paseantes miran con curiosidad a los jóvenes que colocan sus stands mientras un locutor de RADIO CAPITAL CDMX 830 am despliega sus habilidades orales para atraer a los capitalinos que, ya en ropa casual, a pie o en bicicleta, sobre la patineta o empujando la carreola del bebé, merodean, preguntan, se informan acerca de cómo mejorar la calidad de vida de la diversidad de especies caninas que el vecindario de la Condesa posee: bulldogs, schnauzers, afganos, beagles, pugs, chihuahuas, cockers, dálmatas, terriers, collies, frenchs, xoloitzcuintles, san bernardos, pitbulls, pastores, corriente cruzado con de la calle…

Cómo adoptar un perro, qué cuidados otorgarle, dónde hospedarlo si salgo de viaje, de qué modo desarrollar sus habilidades, cómo mejorar su nutrición, a quién acudir en caso de maltrato animal, dónde preservar sus restos. Los especialistas atienden a la concurrencia, orientan, ofrecen accesorios, anotan citas; los chamacos corretean en la explanada circular entre aguerridos skatos que sobre sus patinetas cabriolean; futboleros que armaron la cascarita vespertina; parejitas que se animan a bailar un ska, un hip hop en cualquiera de sus variantes: breake dance, rap…

¿Habrase visto tanta atención para las mascotas consen, en su versión guaguá? Y de pilón, otras instituciones de la CDMX se suman y brindan información para que los ciudadanos no atenten contra su vida, ni sean los niños víctimas del bullying, mucho menos de la extorsión telefónica. Información que muchas veces desconocemos y que colabora al bien estar, al bien común, tan ansiado en una ciudad como la nuestra.